Chaves, Viera y Zarrías dejan sus escaños antes de que Díaz y Sánchez se los reclamen

No hizo falta que la presidenta de la Junta, Susana Díaz, les pidiera el acta de diputados, ni por escrito ni verbalmente:tanto el expresidente Manuel Chaves como los exconsejeros Gaspar Zarrías y José Antonio Viera pusieron sus escaños a disposición del partido en cuanto se conoció la decisión del juez del Supremo. El PSOE las aceptó como «un gesto que les honra» aunque tanto Susana Díaz como Pedro Sánchez habían dejado claro que los imputados tendrían que dejar sus cargos.

El encargado de dar la cara en un Partido Socialistaconmocionado por la imputación de quienes han sido dos de sus presidentes, y otros dos líderes andaluces destacados, fue César Luena, secretario de organización federal, que dijo en Madrid que todos ellos seguirán siendo militantes del partido. En Sevilla, su homólgo andaluz, Juan Cornejo, emitió un breve comunicado en el que solo añadía que «el PSOE de Andalucía respeta el proceso judicial y espera que sus defensas puedan demostrar su inocencia». En el partido, dijeron fuentes socialistas, hay «dolor» porque son «personas queridas, dentro y fuera».

Mar Moreno pide respeto

Los inculpados guardaron silencio, mientras que la senadora Mar Moreno, que ha quedado libre de cargos, manifestó que «ha sido un año muy duro. Me alegra que el Tribunal Supremo me haya devuelto la paz arrebatada y me gustaría que se opinara con prudencia y respeto de las personas encausadas porque mantienen intacta su presunción de inocencia».

A la vez, Cornejo recordó que «los socialistas cumplimos los compromisos que adquirimos con los ciudadanos. Nos gustaría que el resto de partidos hiciera lo mismo». Es decir, que la petición del escaño fue una promesa de Susana Díaz, que lanzó la iniciativa el pasado noviembre, antes de las elecciones autonómicas, en medio de una gran controversia, pues el código ético del partido obliga a dejar los cargos en caso de que se abra juicio oral. Pedro Sánchez, secretario general federal, se sumó posteriormente a este mismo requisito.

Sin embargo, ayer Ciudadanos se atribuyó las dimisiones como un éxito propio, a pesar de que aunque las planteó «para coger el teléfono» a la presidenta Díaz, finalmente no figuraron en el pacto de investidura. Su responsable andaluz, Juan Marín, declaró que de no haberse producido las renuncias habrían planteado una moción de censura al Ejecutivo andaluz. «La renuncia demuestra que Cs exige que se cumplan los acuerdos», dijo a su vez Albert Rivera.

Los partidos políticos andaluces buscaron emplazar a Susana Díaz a dar explicaciones, pero la presidenta guardó silencio durante todo el día.

El presidente del PP andaluz, Juanma Moreno, que se encontraba en Madrid, pidió la comparecencia urgente de Susana Díaz en el Parlamento andaluz para «aclarar dónde se ha desviado el dinero, quién fue el cerebro de esta trama orquestada, quién estaba detrás y quién la conocía en la cúpula socialista». También inquirirá «qué ha sucedido con 855 millones» en que el Supremo cifra las ayudas irregulares así como «que esos recursos que son de todos los andaluces vuelva a los andaluces».

Moreno Bonilla, que valoró la exposición razonada de Alberto Jorge Barreiro como la «crónica de una imputación anunciada», recalcó que «va a sentar en el banquillo más de una década de gestión socialista en la Junta de Andalucía» y sumó a sus peticiones una aclaración de lo sucedido por parte de Pedro Sánchez, secretario general del PSOE.

Teresa Rodríguez, líder andaluza de Podemos, también pidió explicaciones a Susana Díaz, que «hasta ahora se ha mantenido en una burbuja», en el caso de los ERE y en el de los cursos de formación, dijo, aunque «formó parte de aquel Consejo de Gobierno».

Antonio Maíllo, de IU, consideró «demoledora» la exposición razonada, que habla de un gobierno «basado en el clientelismo».