Susana Díaz, durante su intervención ayer en el Parlamento andaluz.

Susana Díaz presiona a los partidos para que le dejen formar Gobierno «de inmediato»

La candidata socialista afronta hoy sin apoyos la primera votación, en la que tendría que conseguir mayoría absoluta para ser investida presidenta de la Junta

Maria Dolores Tortosa

Martes, 5 de mayo 2015, 00:35

Señorías, hablemos con claridad. Sé perfectamente que no he obtenido la mayoría absoluta. Pero sí he obtenido el apoyo mayoritario de los ciudadanos en las urnas y ahora Andalucía necesita, para tener un Gobierno, de la colaboración de los grupos de esta Cámara». Con este tono directo Susana Díaz reclamó de forma encarecida ayer a los grupos del Parlamento que le permitan «por activa, con su voto a favor», o por pasiva, «absteniéndose», formar un gobierno «de inmediato» en Andalucía. La socialista recordó a PP, Podemos, Ciudadanos e Izquierda Unida que la suya es la única candidatura, puesto que ninguno de ellos ha presentado alternativa. Si no es ella en un plazo de dos meses, habrá nuevas elecciones en Andalucía, algo que ninguno parece querer.

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Con el afán de superar la investidura cuanto antes y consciente de que para hacerlo debe asumir las exigencias de lo que reconoce como «un nuevo tiempo político», prometió gobernar «desde el pacto y el acuerdo» y trabó un discurso de 90 minutos con 135 medidas y 24 leyes con claros guiños a todos los partidos.

Si lo que pretendía era contentar a todos, no lo ha conseguido. Todos declararon tras oírla que votarán en contra de su elección como presidenta hoy, cuando es necesaria la mayoría absoluta. Solo Ciudadanos sigue dejando la puerta abierta a la abstención en la segunda votación, cuando puede salir con mayoría relativa. Pero sus nueve diputados serán insuficientes si no votan con el sí o se suman otros. Podemos hoy parece más lejos que ayer de abstenerse este jueves.

Con el afán de convencerles, Díaz expuso un plan contra la corrupción con más de 20 propuestas, base del decálogo que firmará con Ciudadanos. Entre sus medidas recoge que los políticos no tengan sobresueldos de los partidos, que los diputados no tengan otro trabajo, que no vayan imputados por corrupción en las listas y que los partidos hagan un ejercicio de desnudez absoluta en internet sobre lo que deben, lo que ingresan y los sueldos que pagan a sus responsables orgánicos.

También promete una reducción del 10% de cargos públicos y eventuales o asesores en la Junta, un cinco por ciento más de lo que había ofrecido a Podemos, partido que exige una «reducción drástica» del personal político de la Junta. Ayer siguió viendo corta la propuesta.

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Díaz desglosó medidas y leyes para incentivar la economía, con especial incidencia en jóvenes y autónomos y la reducción del impuesto de sucesiones, como defiende el PP, o la promesa de una ley de mínimos para garantizar la luz y agua, abanderada por Izquierda Unida, dentro de un amplio paquete de iniciativas para blindar la sanidad, la educación y la asistencia social.

Contra la corrupción

Díaz arrancó el glosario de medidas con las del plan anticorrupción «más ambicioso» de España. De hecho propone exportarlo al resto del país y para algunas de las iniciativas, en realidad, se necesita que quien gobierne en la Moncloa y tenga mayoría en el Congreso lo suscriba.

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Propone la publicidad forzosa de la renta y patrimonio los cargos políticos (ya anunciada por el PSOE hace meses). También que los partidos sean responsables subsidiarios del menoscabo de fondos públicos de sus cargos políticos cuando el dinero haya ido a la financiación ilegal (las famosas 'mordidas' o 'comisiones'). Los partidos deben comprometerse, añade, a separar de inmediato a los cargos electos o designados que resulten imputados por un delito de corrupción y a no incluirlos en las listas electorales. «También a quien mienta o manipule en relación a su currículum o su cualificación profesional o académica», subrayó. El líder popular, Juanma Moreno, fue objeto hace un año de una polémica por errores en su historial cuando era diputado.

Propone medidas de control de los procedimientos administrativos para que nunca más vuelvan a repetirse casos como el de los ERE y una Oficina de Prevención del Fraude y la Corrupción en Andalucía, con competencias que van desde incoar expedientes sancionadores a funcionarios a denunciar ante la Fiscalía presuntos delitos.

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Díaz incluye varias peticiones que son de competencia estatal. Desde Andalucía, expone, se instará al Gobierno y Congreso a la reforma del Código Penal para que se amplíen la prescripción de los delitos por corrupción, para que la responsabilidad patrimonial de los corruptos no prescriba y para que se tipifique la financiación ilegal de partidos y sindicatos como delito. «Plantearemos una iniciativa para impedir por ley el indulto a cualquier condenado por delito de corrupción», mencionó. También que se impida donaciones a los partidos y las condonaciones de préstamos hipotecarios.

Susana Díaz propone una reforma de la Constitución para que los alcaldes, presidentes autonómicos y de la Nación puedan ser elegidos de forma directa por los ciudadanos, con segunda vuelta incluida si hiciera falta. Añade el desbloqueo de las listas electorales o listas abiertas, otro claro guiño a Ciudadanos.

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Bajada de impuestos

La socialista promete «una sólida política de apoyo al trabajo autónomo», que incluirá una fiscalidad propia para las 500.000 personas del sector y también programas para la vuelta del talento joven y una bolsa de trabajo para becados españoles en el extranjero. Incluye la reducción de entre 2,5 y 3 puntos del tramo autonómico del IRPF y la rebaja del impuesto de sucesiones para que queden exentos los que hereden menos de 175.000 euros. Ambas medidas ya fueron anunciadas en la campaña electoral.

Habló de poner en marcha la entidad de crédito público que pactó con Izquierda Unida como una de las medidas para orientar el cambio del modelo productivo.

Desahucios y renta básica

La presidenta en funciones no hizo ninguna mención a romper relaciones con los bancos que desahucien, como pide Podemos. Pero sí desgranó diversas medidas de mediación con las entidades financieras para evitar los desahucios de familias con necesidades. Entre ellas pide el apoyo del Parlamento para instar al Gobierno a retirar el recurso ante el Constitucional contra la Ley de la Función Social de la Vivienda, la que penalizaba a los bancos que tenían viviendas vacías y procuraba la expropiación temporal de las desahuciadas para que siguieran en ellas las familias afectadas.

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Repesca la ley de renta básica apalabrada con IU en la pasada legislatura, pero además anuncia otra de mínimos vitales en agua y luz que fue reivindicada por la formación de Antonio Maíllo en su campaña electoral. Con tales guiños quiere conquistar a los antiguos socios.

En el paquete de medidas sanitarias, de educación y dependencia, Susana Díaz dijo que ampliará 12.000 plazas en guarderías y los centros bilingües hasta 1.500. Aprobará una Ley de Garantía y Sostenibilidad para blindar el carácter público y universal de este servicio. Promete reducir a 90 días las operaciones de corazón y programas específicos para la detección del cáncer de colon y mama. Contratará 800 personas más para la atención sanitaria y educativa. Y aumentará un 10% el presupuesto de dependencia. La candidata socialista, conocedora quizás de la negativa que iba a recibir de los partidos a su discurso, dijo estar abierta a «enriquecer» sus propuestas con las que aporten hoy sus líderes políticos. Un intento más por granjearse su cara abstención.

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Más allá de las numerosas propuestas, lo más destacado fue su llamada fehaciente al desbloqueo de la investidura. «Quien quiera ejercer la oposición debe permitir que haya gobierno», dijo al principio. «Les pido que permitan que Andalucía cuente de inmediato con un nuevo gobierno», sentenció en el alegato final con recurrente presión moral sobre los grupos políticos cargada de expresiones emotivas.

«Todos cometemos errores. Yo, la primera, y ustedes harán bien en reprochármelos porque la razón siempre está repartida, igual que está repartida la confianza que los ciudadanos han depositado en todos y cada uno de nosotros. No les defraudemos», enfatizó.

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Reacciones

Los líderes de la oposición se mostraron insatisfechos y los cuatro partidos anunciaron su voto en contra. El presidente del PP andaluz, Juanma Moreno, acusó a la presidenta en funciones de «construir un muro» con el PP. «Son propuestas muy antiguas, de corta y pega, el suyo ha sido un discurso decepcionante». La líder del Podemos, Teresa Rodríguez, insiste en que las medidas sean creíbles con datos. «Seguimos exigiendo que retiren las cuentas de los bancos que desahucian». «No nos ha convencido, pero hemos visto disposición», afirmó el dirigente de Ciudadanos, Juan Marín. Maíllo reconoce leyes de IU en el discurso, pero entiende que el pacto de Díaz con la derecha económica y política «ya está cerrado».

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