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Díaz, ariete contra Rajoy

El debate andaluz marca un giro hacia la confrontación con el Ejecutivo central

PPLL

Jueves, 18 de septiembre 2014, 01:14

La presidenta Susana Díaz dio ayer nuevamente muestras de su gran capacidad política, que incluyó también el esfuerzo en la defensa de un año de gestión que presenta claras lagunas. Su intervención ayer ante el Parlamento en el debate del estado de la Comunidad reveló que los objetivos partidarios y personales rumbo a un año decisivo en las urnas pesan más que el abordaje de los grandes problemas de Andalucía, dibujando así una prioridad que sólo podría ser entendible si Andalucía no viviera un escenario dramático y sin expectativas ante problemas como el desempleo, la educación y la sanidad que golpean el día a día ciudadano. En este sentido, el paquete de 25 medidas propuestas ayer por la presidenta difílmente hablan de ambición y de planificación. Componen un variopinto catálogo que se mueve entre los grandes objetivos ley de cambio climático y las plausibles actuaciones en una comarca. Más allá de medidas necesarias como el plan fomento para la construcción sostenible y los compromisos de pago en plazo a ONGS que son ya un soporte clave ante la exclusión social la promesa de una aspiración democrática irrenunciable la transparencia sobre las subvenciones resulta a estas alturas un ejercicio retórico, pues pareciera que lo que no existieron ni existen en Andalucía son mecanismos de control cuando resulta evidente que ha sido su inacción lo que ha llevado a los andaluces a un profundo escepticismo sobre el manejo legal de los euros públicos. Objetivos más voluntariosos que reales como el fomento del empleo estable o el retorno del talento a Andalucía revelan que el deseo puede más que la capacidad real de una administración regional de influir sobre el mercado laboral. Pero fueron ayer los mensajes hacia el Gobierno central en relación a las reclamaciones a cuenta de la financiación, con el anuncio de acciones judiciales, los que marcan el fin estratégico del talante leal de Díaz en su relación con el Gobierno central. Los tribunales como arma de confrontación entre los gobiernos socialistas en Andalucía y los del PP en la Moncloa tienen acreditada solera, y siempre como sinónimo de consecuencias negativas. Ese escenario marcará, según quedó claro ayer, el clima preelectoral rumbo al 2015 ante el que lógicamente Díaz se cuidó de jugar a la quiniela del adelanto andaluz. La presidenta ha demostrado que tiene madera de líder, y también que no duda en calentar la locomotora en el viaje de la confrontación y buscar más madera aunque el paisaje de la realidad deje mucho que desear.

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