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Maria Dolores Tortosa
Viernes, 11 de julio 2014, 00:59
El tramo entre Marchena y Antequera del eje de alta velocidad transversal de Andalucía, conocido como AVE fantasma porque sus obras llevan años paralizadas, no deja de dar quebraderos de cabeza. La Comisión Europea decidió elevar ayer al Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) la denuncia contra España por no haber evaluado adecuadamente el impacto medioambiental de este proyecto de línea ferroviaria que debía transcurrir entre Sevilla y Almería cuando se aprobó. Según Bruselas, el llamado en su día ave andaluz ha tenido «graves repercusiones» en las campiñas de Sevilla, un espacio protegido por la legislación de la UE por su importancia en la conservación de especies de aves.
Ecologistas en Acción denunció ante la Unión Europea que la línea y su variante de Osuna afectarían a la ZEPA (Zona sensible de espacio protegido) Campiñas de Osuna y a la laguna de Ojuelos, donde nidifican especies de aves en peligro de extinción como la Avutarda o la Ganga Ortega.
Bruselas ya dio la razón a los ecologistas al abrir un expediente sobre ello, pero ante la ausencia de respuesta ha decidido darle un tirón de orejas a las autoridades españolas. Según Bruselas, pese a que numerosas pruebas científicas avalaban desde hacía tiempo la importancia de esta zona para la conservación de las aves, España no le otorgó el estatus de zona de protección especial hasta que el Tribunal de Justicia le obligó a hacerlo en 2007, según recoge Europa Press. Para entonces, ya se había autorizado la sección correspondiente del proyecto ferroviario Sevilla-Almería y habían comenzado las obras de construcción. Como consecuencia de ese retraso, la evaluación de impacto ambiental del proyecto «no tuvo debidamente en cuenta su estatus de zona de protección ni las especies que alberga», lamenta el ejecutivo comunitario en un comunicado.
«Ahora resulta evidente que, tal como se presentó, el proyecto no habría debido aprobarse, ya que está causando un deterioro del hábitat y una perturbación de las aves protegidas, situación que podría agravarse si la línea ferroviaria de alta velocidad se pusiera en funcionamiento». Además, la comisión considera que «España no ha adoptado las medidas necesarias para reparar el daño causado».
Sin catenarias y sin vías
El tramo en cuestión afectado es el de Marchena-Antequera, 77 kilómetros a medio construir en los que la Junta de Andalucía llegó a invertir 280 millones de euros, pero cuyas obras paralizó ante la dificultad de su financiación debido a la crisis y la obligación de cumplir con el objetivo del déficit público. No hay catenarias, ni vías, ni trenes, por lo que desde la Junta de Andalucía se insiste en que no se ha producido ningún daño irreparable al espacio protegido ni a las aves. Además recuerda que la terminación del tramo «no está en agenda ni hay por ahora disponibilidad presupuestaria para hacerlo».
La Junta llegó a cancelar en abril un crédito de 180 millones de euros destinado a esta obra con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) para no perjudicar la financiación europea a otros proyectos. Si hay sanción, este AVE no podrá recibir subvenciones de fondos europeos.
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