De Málaga a Guinea: cómo cambiar vidas

Uno de esos proyectos es Educa-Guinea, una asociación de cuatro jóvenes malagueñas a la que le ponen corazón y mucho entusiasmo desde el año 2019. Paloma Sierra, Candela Díaz, Laura Ortega y Ana Blanc son cuatro chicas de 24 años que un buen día y con el apoyo del padre Cris Santos, decidieron pasar su verano en Guinea Ecuatorial, concretamente en los poblados de Mebere y Oyala. En estos territorios, donde aún se conserva la lengua española tras haber sido colonia hasta 1968, estas aventureras quisieron impulsar y mejorar la vida de los niños, niñas y mujeres de esta población tras ver cuál era su situación. Por este motivo, y con muy poco presupuesto, comienza Educa-Guinea, una asociación unida a la Fundación Loyola que pretende impulsar la educación entre los habitantes de pequeños poblados de Guinea Ecuatorial.

Laura Ortega cuenta que el proyecto comenzó por la mejora del aula de verano de los niños y niñas de los poblados, arreglando con los medios que tenían su infraestructura e instalando algunas banquetas para que los pequeños pudieran aprender. Entonces, y sobre todo en este verano de 2021, comenzaron con talleres de alfabetización para muchas de las madres de la población, clases de costura e incluso programas contra el alcoholismo en jóvenes de 13 o 14 años: «Los niños que terminan la primaria aquí, si tienen suerte o algún familiar, se pueden ir a la ciudad más grande a seguir formándose, pero los que no, se quedan en el pueblo y el alcohol es muy accesible a ellos. Además, lo ven en sus mayores», apunta Ortega, comentando que la rehabilitación de la escuela ayudó este verano a muchos adolescentes a dejar esos malos hábitos y motivarse para acudir a clases.

Con la buena nueva de la recaudación del festival de los Soles de El Pimpi, estas cuatro chicas relatan que su viaje en el verano de 2022 les servirá para mejorar muchos más servicios, sobre todo en el tema de la alimentación. Ortega explica que en los poblados donde trabajan no hay electricidad y viven al día en cuanto a alimentos; por ello pretenden instalar un comedor para todos los niños y niñas de las poblaciones cercanas, con el fin de que «tengan ese aporte proteico, la mayor carencia» que detectan, y así motivarles también a acudir al colegio: «Este año tuvimos una conexión muy fuerte con ellos, porque el primer año pensaron que íbamos como turistas o amigas de Cris Santos. Pero con el proyecto piloto que hicimos este verano vimos que podría funcionar un comedor en esta población. Nuestro objetivo es que en un tiempo todas las familias puedan abastecerse de eso», relata esta joven. Además, muchas de esas familias han de caminar kilómetros para recolectar los alimentos o pescar, y el día que alguna de estas patas fallan «se come menos».

El número aproximado de personas a las que pueden ayudar con sus acciones ronda las 600, aunque no descartan continuar conociendo más poblaciones cercanas conforme crezca su entidad. El próximo verano, en el que esperan instalar ese comedor, también seguirán mejorando las escuelas, arreglando suelos, techos y paredes, y decorando con mobiliario, como pupitres o pizarras nuevas, para que todos los pequeños tengan la posibilidad de formarse en las condiciones que merecen.

Esta es sólo una de las acciones con las que la gala de la solidaridad de El Pimpi, con Belinda Washington como presentadora, pretende apoyar. En ella participarán artistas como Roko, Nuria Fergó, Salva Reina, Tomás García, Miguel Ángel Martín (Tú no mandas), Pablo Puyol, Los Aslándticos y Tarifa Plana. Además, con la adquisición de la entrada para este festival el próximo 21 de diciembre (a partir de 16 euros), también se impulsarán las acciones de El Teléfono de la Esperanza y E.D.A.U, un centro de recursos para personas con Trastorno del Espectro Autista.

Igualmente se podrá impulsar ocho causas, muchas de ellas dedicadas a la infancia, como Altamar, Redime, Con.Ciencia, Bajar a la Calle, Fundación Olivares, Fibrosis Quística, Demeter y Mechones Solidarios, en un día para recordar entre risas, música y mucha solidaridad.