«Sufrí abuso sexual; yo me creía la tía más asquerosa»

Lo que en principio iba a ser una conversación para hablar sobre su trabajo como mediadora en la asociación Redime –volcados en la rehabilitación y prevención del abuso sexual–, acabó desembocando en mucho más. Cuando Macarena Fernández desvela a SUR cómo conoció la asociación, comienza inevitablemente a contar su historia: «Todo surgió a través de varias confesiones entre amigas, nuestras propias experiencias nos llevaron a plantearnos que había que ponerse a trabajar en ello», introduce.

La asociación Redime se constituyó en 2004, pero un tiempo antes Macarena y otras mujeres de su círculo rompieron el silencio. «Fui víctima de abuso sexual cuando tuve cinco años… Fue un vecino que era como si fuese de la familia, el típico hombre amable, afable y que todos querían mucho; él era un lobo vestido de oveja. Me llamó y me pidió que entrase a la habitación, ahí abusó sexualmente de mí y me dejó un discurso que se me quedó grabado para siempre: 'Eres mala, como cuentes esto a alguien no te va a creer porque es algo que has hecho tú, que has querido entrar a la habitación'. Y yo me callé…», confiesa Macarena.

Eso fue algo que le persiguió de por vida. Hasta que se sentó con Gloria Medina, fundadora y presidenta de la asociación Redime. «Comentó que se estaba enterando de muchos casos de abusos sexuales cercanos y que iba a buscar información sobre el tema para poder ayudar a esas personas. Ese fue el primer día que yo conté lo que me pasó con cinco años, tenía 24 y hasta ese momento había estado callada; lo describí todo con pelos y señales, vomité lo que tenía dentro… Me dio un ataque de ansiedad, no podía respirar. Ahí empecé a ponerle nombre a lo que me había pasado, a soltar la verdad que tantos años había escondido y a empezar a supurar esa herida del alma que te hace sobrevivir con una máscara. Yo me decía a mí misma 'eres una puta', 'eres la tía más asquerosa', 'eres una guarra'», detalla Macarena Fernández.

Al soltar la verdad comenzó a trabajar en su propio caso de abuso sexual, pero también quiso implicarse para ayudar a los demás. Según datos del Consejo Europeo, uno de cada cinco niños sufre abuso sexual en su infancia. «Por eso empezamos a desarrollar un proyecto pensando en qué era lo que nos hubiese gustado saber para no caer en la red de los agresores y, cuando nos pasó, qué trato nos hubiese gustado recibir de nuestro entorno. A partir de eso iniciamos todo porque como víctimas sabíamos cómo funcionaba el agresor y cuáles son los sentimientos de los niños», destaca la mediadora.

Niños y jóvenes desde los 3 hasta los 18 años reciben las herramientas que la asociación Redime les ofrece con talleres en colegios y centros formativos. Así explica cómo funcionan: «Tratamos los cinco puntos esenciales: 'la verdad te hace libre', 'tu cuerpo te pertenece', 'el trabajo de la culpa', 'la verdad' y 'el círculo de confianza'. Y los desarrollamos en función de las capacidades cognitivas de cada edad, aunque siempre que los impartimos a los niños es porque antes hemos dado el taller a los padres y profesores. Esto no sólo sirve para la prevención, también incide en la sensibilización y el empoderamiento». Además, forman desde profesionales en centros de salud (enfermeros, psicólogos, psiquiatras y médicos) hasta Policía Nacional y Local. «Todos los organismos públicos que tengan relación con la infancia», matiza.

Desde la asociación Redime están volcados en todos los aspectos de la lucha, en este caso con la Ley Orgánica de protección integral a la infancia y adolescencia. «Presentamos una propuesta no de ley ante el Congreso para el Preámbulo, en relación con la lucha contra los abusos sexuales y obtuvimos unanimidad de votos de todos los partidos políticos. Estamos muy orgullosas de este paso y de cómo hemos puesto nuestro granito de arena en una ley que, aunque todavía esté en pañales, está pensada para la protección en contra de los abusos sexuales», valora Macarena Fernández.

Hasta ahora, la asociación Redime lleva a cabo su labor gracias a subvenciones como la de Fundación 'la Caixa' o Ayuntamiento de Málaga, aunque reclaman un plus de ayuda por parte de financiación privada para poder desarrollar su trabajo de una forma más extensa. «Queremos invertir mucho más en los programas porque detrás de todo esto hay un equipo que trabaja por amor al arte. Hemos llegado a sacar de nuestro bolsillo para pagar psicólogos a nuestros usuarios. Lo que hacemos en la asociación es muy importante, es mostrar que hay salida para el abuso sexual, que se puede recuperar la vida. La verdad nos hace libres», concluye Macarena Fernández, que conoce en primera persona esa verdad y libertad.

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