Profesionales del Materno y voluntarios de distintas entidades, en la 'Sala Blanca'. claudia san martín

El Materno recupera su alegría

Los voluntarios de entidades como AVOI, Alcer o Fundación Olivares regresan al hospital para hacer felices a los pequeños ingresados

Lunes, 6 de junio 2022, 00:23

Todos comparten una impresión general: el Hospital Materno Infantil se quedó muy triste cuando los voluntarios abandonaron las habitaciones, las consultas o las salas de espera, y su color y alegría quedaron pospuestos a un momento futuro que parecía no llegar. Sin embargo, algo que ... resultaba lejano en el tiempo lleva pocas semanas siendo de nuevo una realidad que, además, se vive con una intensidad desbordante.

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La magia de los voluntarios de todas las entidades que trabajan en el Materno ha vuelto con una fuerza estruendosa, aunque sin perder esas medidas Covid-19 que en la calle ya parecen olvidadas. En este centro hospitalario trabajan varias asociaciones cuyo objetivo es, simplemente, hacer más cómoda la estancia a los pequeños y a sus padres, además de entretenerles, orientarles y darles ese apoyo necesario en un momento difícil para la familia.

Aunque hay muchas más y todas son imprescindibles, algunas de las que tienen mayor presencia son la Asociación de Voluntarios de Oncología Infantil (AVOI), la Fundación Olivares, Alcer, la Asociación Superhéroes Un Niño una Sonrisa o Payasos de Hospital (ACAE). La pregunta es la siguiente: ¿Cómo se organizan tantos voluntarios y sus labores? Lo cierto es que cada uno tiene su papel asignado y disponen de un calendario anual repleto de actividades donde se conforman esas visitas, aunque en su mayoría siempre dependen del equipo de enfermería, quienes son los encargados de apoyar la labor del voluntario: «Enfermería es la clave, son ellos los que nos orientan a nosotros», cuenta Antonio Ruano coordinador del voluntariado de AVOI.

A esta afirmación le responde rotundamente la jefa del bloque de pediatría, Diana Montesinos: «Pero el hospital ha estado muy triste sin vosotros. Una estancia hospitalaria es traumática y los niños siempre están deseando que lleguéis. Y no sólo es saludable para ellos, también para nosotros porque estamos muy metidos en nuestro mundo y de repente llegan los voluntarios y traen la alegría», reconoce con emoción.

Como Antonio Ruano, María José Leiva es también voluntaria de AVOI desde hace ya 10 años, momento en el que decidió suplir el lugar de su hija cuando ésta se marchó de Erasmus. Lo que encontró le gustó tanto que sigue en la brecha aunque la pandemia haya hecho estragos: «A mí estar aquí me aporta tranquilidad, porque cuando llego mis problemas se quedan fuera. Cuando doy mi tiempo recibo la sonrisa de los niños», recalca.

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Algo similar el ocurre a Iván Tomás, voluntario perteneciente a la Fundación Olivares. Este malagueño, que pasó por un ictus hace unos años, cuenta que le cambió la vida perder la capacidad de caminar e incluso de hablar, y en cuanto recuperó ambas decidió que quería ser útil para los demás. Sin embargo, se encontró que «recibía más de lo que daba»: «Se tiende a pensar que el voluntario es el que aporta, pero recibe una recompensa mucho mayor, que es ver la alegría en los ojos de un niño», aclara.

Un espacio pensado para ellos

Perteneciente a la misma entidad aunque estrenando voluntariado, la zaragozana Ana de Domingo tan sólo lleva cuatro días en el Hospital. A principios de 2022 decidió implicarse en alguna actividad solidaria en su nueva ciudad, y escogió una de las más gratificantes.

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Además, tuvo la suerte de entrar a formar parte del equipo de la 'Sala Blanca', un espacio lleno de juegos y diversión en el mismo Materno que pertenece a la Fundación Olivares. Allí, los pequeños juegan entre ellos y con los voluntarios, una tarea que realizan una vez por semana y que siempre están deseando que llegue.

Con asiduidad, se pasan por este espacio recreativo los Superhéroes del Hospital y sorprenden a los menores con una llegada apoteósica: ningún niño se resiste a darle un buen abrazo a Spiderman. Este malagueño que se enfunda el traje en cada visita cuenta que la vuelta al centro ha sido más especial de lo que soñaban: «No nos estaban esperando con los brazos abiertos, sino con el alma. Volver a tu casa siempre es increíble y más después de una pandemia, ha habido mucha magia. Se podía ver la luz de los niños y esa ilusión aunque llevaran mascarilla, los ojos les brillaban», explica.

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Realizando una labor más de acompañamiento, asesoramiento y ayuda, Pepi Gómez, de Alcer, destaca que ese apoyo que ha faltado durante la ausencia por la pandemia la han suplido los mismos profesionales sanitarios, una labor que agradecen enormemente: «Han puesto ese cariño y dinamización de los voluntarios y lo han hecho de forma innata y vocacionalmente», apunta.

Algunos puntos de mejora

Sin embargo, desde el Hospital son críticos con su gestión y ven algunos cambios potenciales que ya están empezando a efectuar. El subdirector médico del Materno, Víctor Navas, relata que «la labor del voluntariado es insustituible», pero que su intención en la actualidad es muy ambiciosa: «Queremos un plan de atención individualizada del paciente y que seamos capaces de prever cuál es su necesidad y la de su familia. Que tenga un calendario de actividades y que haya voluntarios de lunes a viernes 24 horas. Aún no llegamos a esa atención de 360 grados del paciente y de su familia, pero estamos en ello y aunque no es fácil lo vamos a conseguir», recalca optimista.

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Para lograrlo, desde el Hospital animan mucho a los voluntarios, sobre todo a los de AVOI al ser los más veteranos en el centro, a «salir de su zona de confort» y a atender, además de a los pequeños con cáncer, a niños con otras patologías: «Les estamos exigiendo eso y ellos están respondiendo muy bien. Les animamos que comiencen un voluntario más educativo e incluso que se atrevan a modificar el voluntariado para trasladarlo al 'on line'. Lejos de acotarlo, tienen talento para eso y lo hemos detectado», menciona este profesional. Aunque su incorporación es lenta y aún no han regresado todos los voluntarios, esta vuelta les está devolviendo una alegría que ha estado apagada durante dos años.

Francisco Núñez, uno de los impulsores de ACAE, junto a un pequeño hospitalizado. sur
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