La impresión 3D, un impulso a la vida laboral

Pero en este proyecto la cosa no va de reparar ordenadores, va de motivar a jóvenes que ni estudian ni trabajan para que busquen algo que les mueva la curiosidad y las ganas de volver a preocuparse por su futuro. Las mañanas de los lunes, miércoles y viernes este grupo va avanzando en técnicas y conocimientos de la impresión 3D, una rutina que tendrán hasta el próximo mayo. En la clase del pasado viernes SUR les visitó para ver cómo desarrollaban este trabajo los alumnos Brahim Mohamed, Fode Diarra, Paula Rodrigo e Indara Mohamed. «Ahora mismo están ellos pero tenemos las plazas abiertas y disponibles para quien quiera unirse, siempre que cumplan con lo que pedimos, que sean personas que no tengan acceso fácil a este tipo de formación», aclara Tomás Pérez desde la sala de Garage Lab del Polo Digital.

Desde allí, Francisco Gallardo se para a hablar con cada uno de ellos a ver cómo llevan sus proyectos. «Madre mía, pero si ya tienes más trucos que yo», le comentaba a Brahim Mohamed cuando repasaba el trabajo que estaba diseñando de un coche de Fórmula 1. Francisco Gallardo se encarga de impartir las clases a estos jóvenes y plasmar en ellos la experiencia que él tiene, que no es poca: diseñador gráfico, ilustrador, artista conceptual y modelador 3D. Este malagueño sabe lo que es emprender y cómo se mueve este mundo, por eso invita a sus alumnos a recapacitar sobre el mercado laboral. «Nos ponemos retos cada día para intentar ver los puntos de vista de todos los negocios para que esto puedan enfocarlo a un futuro profesional», concreta Gallardo.

Eso ha hecho que Indara Mohamed, hermana de Brahim, también se haya planteado ya lo próximo que hará después de terminar este curso en mayo. «Me está encantando esto, todo lo que sea diseño, editar, crear... Me flipa. Aquí me lo paso bien y aprendo; ahora estoy pensando en hacer las pruebas libres para aprobar la ESO, que no la tengo, y luego hacer algo de programación o incluso idiomas, que también me gustan mucho», confiesa Indara Mohamed. «Es que esto nos está animando mucho», añade Paula Rodrigo, de 20 años. Esta joven malagueña tiene pasión por prepararse algún curso de técnico de fútbol, pero está disfrutando también de este aprendizaje de impresión 3D. «Ella quería ya plantear algo que pudiese salir a mercado, por eso hicimos un estudio y vimos que este era una buena inversión», aclara Francisco Gallardo cuando explica el diseño de Paula Rodrigo, que está creando una figura Pop.

Fode Diarra tiene 27 años y apenas lleva tres meses en Málaga. «Me gusta mucho el curso, me informaron en la asociación en la que estoy, Accem, y vine a apuntarme», comenta mientras sigue diseñando su helicóptero. Allí están rodeados de impresiones 3D que les motivan a seguir creando para luego ver grandes resultados y tenerlos en sus propias manos.

«Aquí aprenden la técnica, sí, pero al margen de ese aprendizaje lo importante es que esto es un proyecto personal. Van conociendo cada vez más cosas, estuvimos en Talent Woman, hemos hecho visitas a experiencias de realidad virtual, están empezando a conocer el metaverso... Son capacidades que van mucho más allá del aprendizaje, es cualificarse y ver el mundo que tienen delante con un abanico de posibilidades para las salidas laborales», concluye el gerente del proyecto, Tomás Pérez.