La Feria de Málaga en su tradición solidaria

Es una de las actividades solidarias con más tradición en el voluntariado de CaixaBank: la jornada en la Feria de Málaga con niños y niñas en riesgo de exclusión social. Un día lleno de ilusión, risas y diversión para los chicos de 6 a 12 años que participan en las actividades programadas en el recinto del real de Cortijo de Torres, acompañados del equipo de voluntarios de CaixaBank y de los técnicos y monitores de las asociaciones involucradas en esta actividad.

En esta ocasión han sido 130 niños de seis entidades sociales de la ciudad: Arrabal-AID, Incide, Nuevo Futuro, Cruz Roja, Prodiversa y Dulce Nombre. Todo, en una jornada que comenzó a eso de las seis de la tarde –para evitar las horas de más calor en el real– desde la puerta de la caseta de Avoi (Asociación de Voluntarios de Oncología Infantil), donde iniciaron el recorrido que tuvo su primera parada en el lugar favorito de estos niños y niñas: la zona de los cacharritos.

Era una marea de camisetas blancas, que les llevan ese día para no perderse y evitar sustos. «Preparamos este vestuario especial para asegurarnos de que los niños estén bien controlados y orientados. Así, cada vez que bajan de una atracción ven el grupo blanco y saben dónde estamos», detalla en una conversación con SUR el delegado provincial de voluntarios de CaixaBank, Manuel Calvo. «Los dividimos aproximadamente en grupos de 30», añade.

Y durante el tiempo en los cacharritos, estos niños y niñas disfrutan como nadie de esta acción solidaria. Mientras, el equipo de voluntarios trata de gestionar los precios a mitad de los oficiales o directamente gratuitos: «Llevamos un presupuesto, pero como son tantos niños y tantas atracciones lo que hacemos es hablar con los feriantes e intentar conseguir tenerlos gratis o a un precio muy bajo, para que así puedan disfrutar lo máximo posible. Como ya nos vamos conociendo de otros años, casi siempre nos lo dejan o muy barato o sin ningún coste», asegura Calvo.

Al acabar esta parte de la jornada tocan otros imprescindibles de la actividad. La llegada de la actuación del mago en la caseta Avoi y el menú para reponer fuerzas después de la tarde intensa de feria. «Les servimos la cena, que suele ser un menú de hamburguesa y algo fresquito y ya luego recibimos la visita del alcalde (Francisco de la Torre), que siempre se pasa un ratito para preguntarnos cómo ha ido el día».

Y así es como la Feria de Málaga también se viste de solidaridad para que ningún niño se quede sin el derecho de poder disfrutarla como lo hacen el resto. «Es muy especial celebrar esta actividad cada año, es de las más antiguas que hacemos en el voluntariado de CaixaBank y queremos que siga esta tradición cada año», confiesa y concluye el delegado provincial de voluntarios de la entidad.

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