La conversación que salva vidas
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Desde calle Mariscal, la Asociación de Familiares y Personas con problemas de salud mental de Málaga trabaja para ofrecer ayuda los fines de semana y festivos a través de la escucha activa y el diálogoSecciones
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Desde calle Mariscal, la Asociación de Familiares y Personas con problemas de salud mental de Málaga trabaja para ofrecer ayuda los fines de semana y festivos a través de la escucha activa y el diálogoHace cinco meses que Gisela acudió al centro de Afenes en calle Mariscal. Hasta ese momento habían sido 54 ingresos en salud mental por intentos de suicidio durante tres años. En este pequeño periodo de tiempo, desde que conoce a la Asociación de Familiares y Personas con problemas de salud mental en Málaga, sólo ha ingresado una vez y ha sido por desregulación en la medicación. «Un día antes de llegar a Afenes intenté quitarme la vida, estaba desesperaba porque en la sanidad pública no me ofrecían ninguna solución. Cuando llegué al centro de Mariscal me proporcionaron los recursos necesarios, no me juzgaron, no me pusieron etiqueta y lo empecé a ver como un nuevo hogar», confiesa la joven malagueña de 19 años en una conversación con SUR.
A veces sólo basta con atender, escuchar y conversar sobre los problemas de una manera cercana. Así lo hacen en Afenes desde hace 1992, pero con el centro de calle Mariscal -abierto desde hace año y medio- se está potenciando aún más esta ayuda tan necesaria. Abierto los fines de semanas y festivos, recibe a una treintena de personas que buscan una alternativa a sus problemas que no sólo sean la medicación y la hospitalización. «Tratamos de construir un espacio seguro y de confianza que les ofrezca una escucha activa y que prevenga y recupere la salud mental a través del diálogo. Estos problemas no pueden solucionarse sólo de lunes a viernes y mediodía como ofrecen en la sanidad pública, es necesario cubrir los fines de semana y festivos con la humanización como eje central», describe el proyecto el psicólogo y coordinador, David García.
En el centro de Mariscal desarrollan acciones de convivencia, talleres, grupos abiertos de diálogo, charlas de humanización, problemáticas sociales, actividades de creación artística... Todo de la mano de los profesionales de Afenes y de los voluntarios con los que cuenta la asociación, esenciales para poder mantener proyectos como este. «Es un recurso que se demanda mucho y necesitamos personal y más apoyo de la administración. No es normal que estemos atendiendo a jóvenes de 14 años con varios intentos de suicidio, eso es un puro reflejo de la sociedad y un reclamo para darnos cuenta que tenemos que apostar realmente por la salud mental, que ha estado olvidada tantos años. Hay que hacer un esfuerzo porque muchas personas lo necesitan y la sanidad pública no llega a todo», reclama la presidenta de Afenes y vicepresidenta de la Federación Salud Mental de Andalucía, Carmen Sibaja Rico.
Atienden a adolescentes desde los 14 años, pero los usuarios que más acuden al centro están entre los 17 y los 35 años. «Se encuentran en plena etapa de gestión emocional y muchos llegan con poca tolerancia a la frustración. Entre los diálogos que nos plantean está el tema de que la sociedad no les da respuesta a sus problemas y que se sienten distanciados de sus familiares, gran parte de ellos tienen dificultades a la hora de relacionarse. En general, es que estamos construyendo una sociedad muy idealizada y competitiva en la que se exige mucho y los jóvenes no se ven integrados en ella ya sea por desregulaciones emocionales, mediación familiar...», detalla David García las problemáticas más comunes que exponen los usuarios al llegar al centro.
En el caso de Gisela, confiesa que «fueron los traumas del pasado y el dolor los que le llevaron al consumo». Y asegura que la medicación, en estos casos, no lo es todo. «No me han dejado tener una infancia bonita, no me han sabido entender, he sufrido bullying, acoso sexual... El sistema sanitario está fatal y, por desgracia, hay muchas personas que he conocido que no han acabado bien. Todo pasa por algo, y si todo lo que he pasado en la vida ha sido para llegar donde estoy ahora, me consuela. Ahora sí que tengo ganas de vivir porque en Afenes me han escuchado y ayudado, me han dado la opción de formarme y en septiembre empiezo un grado medio de Auxiliar de Enfermería. Afenes me ha salvado la vida a mí y a muchas personas», asegura la joven malagueña, que destaca la importancia del teléfono que tienen abierto las 24 horas los fines de semana (618 429 204). «He llegado a llamar a las 4 de la mañana en plena crisis y me han atendido».
No hay dudas de que este espacio de Afenes ha llegado para poner solución a una necesidad y que está salvando vidas. El centro cuenta con la subvención de Fundación 'la Caixa' y sigue buscando tanto colaboradores como empresas públicas o privadas que quieran sumarse a colaborar con ellos en este proyecto que es más un acto heroico que cualquier otra cosa.
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