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Profesionales de la restauración, la psicología o el trabajo social mantienen vivo el comedor. CLAUDIA SAN MARTÍN
Acción Solidaria

El comedor Santo Domingo, mejorando vidas con mucho más que un menú

La instalación mantiene sus servicios normales en feria y ofrece platos especiales en los días festivos a las personas que atienden

Domingo, 14 de agosto 2022, 23:13

En estos días de feria no existe la fiesta para muchos colectivos. Desde el comedor Santo Domingo saben que es imposible paralizar su actividad aunque suenen malagueñas y jolgorio de fondo, aunque las procesiones pasen cerca de su puerta o los villancicos sean las canciones más cantadas por la calle. Por ello, la filosofía y el método de trabajo de este espacio va más allá de un menú encima de la mesa: «Las personas que vienen aquí no tienen ni un segundo que perder, porque muchos están en lista de espera para acceder a un recurso o a un centro de rehabilitación, el acompañamiento es diario y los problemas no entienden de vacaciones», apostillan.

Cuando en los años 80 comienza a funcionar en la parroquia de Santo Domingo de forma no oficial, los vecinos y religiosos que lo propulsaron se dieron cuenta de la falta que hacía un espacio en el que ayudar a las personas a sanar física y emocionalmente. Fue ya entrando en los años 90 cuando este espacio se constituye tal y como lo conocemos hoy, desvinculándose de cualquier organismo para funcionar de forma autónoma a pleno rendimiento. Sin embargo, hay quienes creen que la atención de este comedor se basa sólo en la entrega de menús elaborados y alimentos para pasar el día. Más allá de la elaboración de exquisitos platos, con ingredientes y productos de primera calidad, los profesionales del comedor emprenden con las personas que atienden una atención integral para que su situación sea sólo para ellos un trance.

La orientación laboral, el trabajo social y la psicología se unen para que salir del bache en el que se encuentra el usuario sea más sencillo, aunque siempre requieren de su colaboración e implicación máxima en el proceso: «Por eso el lema del comedor es 'De primero una oportunidad', porque ellos tienen la oportunidad de cambiar sus vidas y eso tiene resultados. Vemos el proceso de la persona desde que llega, muy deteriorada y sin saber qué hacer, hasta que poco a poco van solucionando sus problemas. Y ellos, por sí mismos lo pueden hacer, pero necesitan ayuda», apunta Pablo Mapelli, actual director del comedor, quien dejará paso a su sucesor en septiembre, Damián Lampérez.

Cuidando de las familias

En total, atienden a unas 110 personas, muchas de ellas son familias que quieren mantener a sus pequeños en la ignorancia de su situación. Por este motivo, desde el comedor preparan de lunes a sábado, un carrito de la compra (que las mismas familias llevan a la entidad por la mañana) con todo lo necesario para el almuerzo y la cena, además de productos de limpieza e higiene personal. Con esta acción pretenden que las familias tengan más autonomía y que los niños desconozcan de dónde provienen los alimentos: «Los padres van a recoger a los niños a los colegios con su carrito lleno y ellos no visualizan de dónde viene el asunto. Y, además, los menús son muy equilibrados, donde hay carne, pescado, fruta, verdura... Es complejo, porque muchos otros comedores quitan el hambre, pero no la necesidad, y eso es lo que trabajamos aquí», cuentan, trasladando un espíritu optimista a un proceso en el que el protagonista siempre es la persona atendida.

María Luisa y Luisa son las encargadas de la cocina. CLAUDIA SAN MARTÍN

De hecho, el volumen de usuarios que tienen es tan bajo por este motivo, pues pretenden trabajar siempre «de forma intensiva con las personas»: «Nunca le hemos puesto límite a un plan de intervención. De forma individual atendemos a unas 30 o 40 personas cada día, y tenemos clases de español para extranjeros, talleres de relajación, visitas culturales o un curso de inserción digital, que se hace siempre», relatan. Además, ese nivel de implicación también se lo exigen a sus usuarios, quienes han de avisar cada día de que comerán en Santo Domingo: «Queremos que se hagan responsables de su alimentación, que tengan un mínimo de compromiso e iniciativa», explican.

No es feria para todos

Retomando el asunto de la Feria de Málaga, los días festivos, más allá de esta semana, en el comedor siempre son especiales, pues los usuarios que acuden a almorzar en su sede, unas 80 personas en situaciones de sinhogarismo en muchos casos, se encuentran siempre con un menú distinto y especial, en el que siempre hay un detalle para alegrarles el día.

Por este motivo, para esta jornada el comedor ha preparado una paella de marisco, que se acompañará de una ensalada, refrescos y helados, al igual que el próximo día festivo, cuando cocinarán pollo asado y patatas: «Las personas que vienen aquí viven en una gran exclusión, están fuera de juego, y a veces no salen de sus dos o tres calles que tienen como rutina. El hecho de que estos días tengan un menú especial es para hacerles partícipes de lo que ocurre en la ciudad», cuenta Mapelli.

De hecho, en esta semana que muchos comercios toman como vacaciones, desde el comedor seguirán con su actividad normal para no dejar a ninguna persona en desamparo. Por ello, para funcionar de la misma forma y con el mismo rigor, este espacio siempre necesita nuevos socios que quieran colaborar con el comedor aportando cualquier cantidad mensual, bien con una cuota, mediante Bizum o bien siendo voluntario para entregar lo más preciado que tiene el hombre: el tiempo.

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