CRISTINA PINTO
Lunes, 6 de febrero 2023
Algunas llegan al Hospital Materno Infantil y vuelven a su país en unos días, otras –por desgracia– tienen que pasar más tiempo acompañando el tratamiento y la cura. Para una familia que tiene a su hijo o hija con enfermedad no es fácil el día ... a día, pero para esas madres que llegan de otros países junto a sus pequeños buscando una cura en este centro de Málaga se hace muy complicada la estancia. Por eso desde hace años en la Asociación Lagunillas se preocupan y miran por estas personas en situación delicada, ofreciéndoles la ayuda de un hogar para darles cobijo y alimento mientras dure el tratamiento de los niños. Hasta que llegó la pandemia un «ángel de Dios» les estaba ayudando con este piso de acogida, pero la crisis hizo que esa colaboración ya no fuese posible. Así lo explica el mismo presidente de la asociación, Curro López, cuando recuerda ese apoyo: «Este hombre era un santo, pagaba todo para que pudiésemos ayudar a las familias pero la crisis del Covid hizo que ya no pudiese seguir ayudándonos con este hogar y tuvimos que dejar el piso», lamenta a la vez que agradece toda la ayuda recibida.
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Pero vieron que era necesario seguir con esa iniciativa, por eso se lanzaron a la construcción de un nuevo piso de acogida para atender a estas familias. Ahora, en el barrio de Soliva, la Asociación Lagunillas tiene un nuevo punto de encuentro para esas madres e hijos que pasan por una mala racha: «El alcalde de Málaga nos cedió un local y estamos haciendo la obra para que sea una vivienda y poder realojar a cinco familias, a madres con niños que están en tratamiento para que tengan menos dificultades. Les damos cobijo, seguimiento, comida y apoyo para hacer más llevadera la pena porque no tiene que ser fácil ser madre o padre y tener a tu hijo enfermo en un país extraño», comenta Curro López en una conversación con SUR sobre este nuevo proyecto.
Y también ofrecen traducción en los hospitales: «Les ayudamos en la comunicación, aquí nos llegan niños con discapacidades, enfermos de corazón, cáncer... De todos los perfiles. La verdad es que muchos de esos niños llegan casi muertos y vuelven a nacer gracias a los doctores y ese pedazo de equipo del Materno de Málaga. Nosotros allí en el hospital damos mucha información para que cuando lleguen sepan que tienen un hogar con nosotros, aunque también muchas veces nos llaman porque comentan entre ellos que existe esta ayuda. Suelen estar unos días pero depende del tiempo de los tratamientos, muchos vienen a consulta y vuelven a su país de origen en una semana, otros tienen que pasar más tiempo en la casa», explica López.
El apoyo es vital en iniciativas como esta. Si bien el Ayuntamiento de Málaga les ha cedido el lugar para poder continuar con la casa de acogida, muchas entidades de la ciudad se han volcado para que este proyecto salga adelante. Como la ONG Justicia Norte-Sur, que ha donado 3.000 euros hace apenas unas semanas: «Ellos vinieron en pandemia y vieron que lo estábamos pasando fatal repartiendo alimentos a la población malagueña, en ese momento nos ayudaron mucho y desde ahí se ha creado un cariño muy especial. Sabían de la necesidad de la casa de acogida para estos niños enfermos y decidieron apoyarnos con esa cantidad», agradece el presidente de Asociación Lagunillas, que también recuerda y destaca el apoyo de Fundación El Pimpi, Fundación 'la Caixa' y Fundación Unicaja, «estamos a tope gracias a lo que ellos colaboran con nosotros, hay gente que nos ha ayudado incluso con los materiales de construcción porque estamos empezando toda la obra desde cero».
Esta asociación de barrio, además de este proyecto, de lunes a viernes atiende a unas mil familias derivadas de servicios sociales para darles alimento y comida. Un trabajo de alrededor de 30 voluntarios que cada día se ofrecen para colaborar con esta entidad social y hacer un poco mejor la vida de los demás. Tal y como le pasa a Curro López, presidente y alma de la asociación, un malagueño nacido en El Palo que ha acabado viviendo en Lagunillas, donde ahora trabaja cada día por sus vecinos. «Recuerdo cuando empezamos que iban los voluntarios con los coches propios y ayudábamos a unas diez o doce familias y ahora vamos por mil... Llevo 17 años en la asociación, he estado en la directiva siempre, me siendo muy querido haciendo esto y unas circunstancias de la vida me permiten dedicarme casi al completo», recuerda el presidente de la Asociación Lagunillas.
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Esas circunstancias de las que Curro López habla son los infartos de miocardio que le hicieron tener que retirarse de la vida laboral hace unos años. Ahora, este malagueño de 49 años recuerda con cariño cómo empezó en la asociación: «Tuve una pareja y fue ella la que empezó con esto pero falleció y en homenaje a ella seguí, me agarré mucho a la asociación y hemos pasado por momentos muy duros. Perdí a una de las personas más importantes de mi vida... Ahora estoy felizmente casado y con tres niños. Dios se llevó a una santa y me mandó un ángel», comenta emocionado Curro López.
Un ángel, como lo son ellos desde la Asociación Lagunillas para estas familias a las que dan una casa mientras pasan y curan la enfermedad de sus hijos.
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