Excursionistas parten de los alrededores de Lubrín en la ruta de la semana pasada. Almería Información
ANDALUCÍA, A MANO

La floración del almendro transforma los áridos paisajes de Almería en un espectáculo para los sentidos

Este fin de semana se han organizado rutas por Sorbas y su espectacular Karst en Yesos, con jornadas gastronómicas incluidas

FRANCISCO GUTIÉRREZ

Viernes, 14 de febrero 2014, 01:07

Contemplando lomas, valles y laderas salpicadas de flores blancas y rosadas nadie se atrevería a decir que estamos en una provincia árida, seca, casi desértica. Pero se trata de Almería, la provincia con menos precipitaciones de la península que llegando estas fechas se transforma radicalmente. Las miles de hectáreas cultivadas de almendro proporcionan a localidades del interior una imagen inédita, con estos secos terrenos cubiertos de flores blancas durante unas semanas. Un periodo de tiempo que proporciona un espectáculo visual y sensorial a los habitantes de estos pueblos y que ahora quieren compartir con todos aquellos amantes de la naturaleza y del deporte al aire libre.

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Asombra que un árbol tan modesto como el almendro proporcione imágenes de tal belleza. Relegado a zonas de montaña, secas, donde no salen adelante otros cultivos, en los últimos años se ha potenciado, hasta el punto de que en la provincia de Almería suma ya más de 80.000 hectáreas cultivadas. Además de su valor económico, la contribución del almendro al freno de la erosión ha sido un factor clave para el fomento de su plantación en toda la zona.

La ruta Almendros en Flor se inició la semana pasada con un recorrido circular en la localidad de Lubrín y continúa este sábado y domingo entre Sorbas y sus famosas cuevas de Karst en Yesos, el próximo entre Benizalón y el Santuario de Monteagud y el primer fin de semana de marzo en el municipio de Lucainena de las Torres. Son municipios que pertenecen a las comarcas de Filabres y Alhamilla. También en Albox continúan con su ruta por parajes de la localidad, que llega a su sexta edición. Se trata de una ruta circular que se acerca al santuario del Saliente, de 13 kilómetros de recorrido.

De forma paralela al desarrollo de las rutas tienen lugar en diferentes restaurantes unas jornadas gastronómicas dedicadas a la almendra con las que se hace una apuesta por los platos elaborados con este producto como principal ingrediente. Además, hay un concurso fotográfico, mercadillo de productos comarcales, folclore y juegos infantiles para animar a los más pequeños.

Todas las rutas cuentan con guías autorizados, seguro, vehículo de apoyo ante incidencias y guías especializados. El coste es casi simbólico, 1,5 euros para niños y 3 para adultos, o 9 y 14 euros si se decide almorzar, muy recomendable para poder participar también de la rica y variada gastronomía local. La organización de la ruta ha previsto también la posibilidad de alojamiento en las localidades de donde parte cada una de estas rutas (Sorbas, Benizalón y Lucainena de las Torres). Toda la información de la ruta se puede consultar en la web de Almería Información.

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Este fin de semana la ruta permite disfrutar de los almendros en los alrededores de la localidad de Sorbas, pero también de sumergirse en uno de los paisajes kársticos más impresionantes de España y Europa, el paraje natural Karst en Yesos. La acción del agua de lluvia sobre los yesos del terreno ha originado una multitud de cavidades tanto en superficie como subterráneas. De entre estas cavidades destacan la Cueva del Agua, la más grande (8 kilómetros) y la Cueva de Corvadura, la más profunda (120 m.); también la Cueva del Yeso y la Cueva del Tesoro, de gran belleza. Adentrarnos en estas cuevas es dar un paso a un mundo mágico, de estalagmitas, estalagmitas, cristales y columnas de yeso de diversos colores y formas espectaculares.

Esta ruta también llega al arrecife de Cariatriz, una impresionante formación que da cuenta del pasado marino de estos parajes. Se encuentra en el barranco de los Castaños y constituye uno de los mejores ejemplos de arrecifes fósiles de la cuenca mediterránea. Se formaron hace unos seis millones de años. Contemplar los esqueletos calcáreos de los corales es como retroceder miles de años o transportarnos a los mares cálidos tropicales donde actualmente se encuentran los arrecifes de corales.

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