REGINA SOTORRÍO
Martes, 5 de marzo 2013, 15:39
Él sabe que no lo tiene fácil. «Rafa Calderón es una persona como cualquiera de vosotros, pero tiene un punto de aprender un poquito más lento», dice sobre sí mismo. Con lo que no contaba el joven era con que los demás se lo pusieran difícil. Un documental retrata la lucha por la integración de este malagueño con Síndrome de Down y de su familia. Juntos se rebelaron contra el sistema educativo, consiguiendo que continuara sus estudios en la escuela general pese a la oposición del centro. Por sus propios mérito, además, Rafa Calderón se convirtió en el primer Síndrome de Down en terminar el Conservatorio Profesional de Música.
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El filme 'Yo soy uno más. Notas a contratiempo' cuenta con una treintena de testimonios, entre familiares, amigos, profesores, expertos de la Universidad de Málaga (del departamento de Didáctica y Organización Escolar y de la sección de Teoría e Historia de la Educación) y el propio Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo. Chamizo siguió de cerca el caso y se implicó en los momentos «de mayor atasco», recuerda Ignacio Calderón, hermano de Rafa y artífice del documental. Como cuando al llegar a 4º de la ESO, la escuela pidió a la familia que lo llevaran a un centro de educación especial.
La familia se negó, recogió firmas y recabó el apoyo de especialistas para que Rafael Calderón continuara en su colegio. «La escuela acaba domesticando a la familia y a las personas con discapacidad. Son tan insistentes que es difícil resistirse a sus discursos», explica Ignacio Calderón, también miembro del departamento de Teoría e Historia de la Educación de la UMA.
«No deberían suspenderme porque he estudiado () ¿Qué han hecho ellos correspondiente a mí, según mi esfuerzo? Suspenderme», lamenta Rafa en la cinta, producida por Cinesin, firma que trabaja por la inclusión a través de los medios de comunicación. La familia Calderón consiguió que el centro rectificara y su caso (recogido en el libro de Ignacio Calderón y Sabina Habegger 'Educación, handicap e inclusión. Una lucha familiar contra una escuela excluyente') sirvió de ejemplo para otros que se enfrentan a la misma situación. «No somos los únicos locos que peleamos por la igualdad de oportunidades», señala en el documental una familia argentina.
La escuela no fue la única barrera con la que se tropezó Rafa. También le rechazaron en un primer momento en el conservatorio de música por la edad. De nuevo, peleó, entró y hoy es el primer joven con Síndrome de Down que ha terminado el grado profesional. Ahora estudia en el Conservatorio Superior de Málaga, formación que compagina con la Banda Juvenil Miraflores-Gibraljaire, su segunda casa, donde tomó el primer contacto con las notas y donde realmente se siente «uno más». La trompeta es su «medio de comunicación, su terapia»", reflexiona su hermano Ignacio. Rafa la llama su «medicina».
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Para Ignacio Calderón, la sociedad «interpreta a la persona como un estereotipo y Rafa ha salido de ese molde, ha podido hacer lo que ha querido». El propio joven da al final de documental la clave para lograrlo: «La paciencia de ser uno mismo».
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