A. J. LÓPEZ
Miércoles, 13 de enero 2010, 09:30
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Casi siempre se acude con demasiadas prisas, incluso a desgana. La pesadez de los trámites administrativos, la pereza del papeleo burocrático suelen cegar al visitante. Puede que una parada frente al Belén navideño o una boda civil ofrezcan oportunidades más propicias. Entonces, quizá el morador de la sede oficial aprecie la belleza del inmueble histórico. Son las dos facetas que reúne el Ayuntamiento de Málaga. La última de ellas, le valió ayer el reconocimiento como Bien de Interés Cultural.
La Junta de Andalucía anunció la inclusión de la Casa Consistorial malagueña en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de monumento. Además, el decreto establece una zona de protección en torno al inmueble que comprende los Jardines de Pedro Luis Alonso y la calle Roma, así como la Avenida Cervantes y las calles Francisco Bejarano Robles y Guillén Sotelo.
En menos de un siglo de historia, la sede municipal ha reunido numerosos motivos para lograr esta distinción. Empezando por el propio edificio, que acaba de cumplir 90 años. Los arquitectos Fernando Guerrero Strachan y Manuel Rivera Vera ganaron en 1911 el concurso convocado durante el mandato de Ricardo Albert Pomata. Aunque fue otro regidor, Manuel Romero Raggio, quien recibió el inmueble en 1919 de manos del constructor Antonio Baena López.
Entonces, la ciudad pudo contemplar este palacio neobarroco, organizado en cuatro cuerpos sobre planta rectangular. Ya en sus fachadas exteriores se aprecian numerosos y llamativos elementos ornamentales. En este apartado, destaca el altorrelieve de Francisco Palma García en el tímpano del frente principal, así como los atlantes de Diego García Carreras.
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Decoración interior
A finales de los años 90 del siglo pasado, el edificio fue restaurado por el arquitecto municipal Ignacio Dorao. Entonces recobraron sus esplendor las vidrieras de Naumejean que coronan la gran escalera interior. Frente a ellas, el Salón de los Espejos cobra protagonismo gracias a su decoración neorrococó con un variado programa pictórico: desde las escenas mitológicas hasta la galería de malagueños ilustres.
Junto con la Casa Consistorial malagueña, la provincia sumó ayer otros Bienes de Interés Cultural. Es el caso de la Fiesta de Verdiales o de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario en El Borge, construida en el siglo XV por encargo de la reina Isabel la Católica.
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