GENTE Y TELEVISIÓN

Más verde que el 'green'

En cuestión de quince días, Tiger Woods ha pasado de ser alabado como gran golfista a ser considerado un gran golfo

ARANTZA FURUNDARENA

Sábado, 12 de diciembre 2009, 12:22

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De golfista, a golferas. De número uno del deporte, a líder de la infidelidad conyugal. De triunfar en el hoyo 16, a caer en el hoyo profundísimo de la impopularidad. Del hándicap cero, al tremendo hándicap que supone tener detrás a diez rubias platino que dicen haber sido sus amantes... A estas alturas, seguro que Tiger Woods sólo suplica una cosa: despertar por fin de esta horrible pesadilla que en apenas quince días le ha llevado del hospital al escándalo y de ahí, a la ruptura matrimonial. Pero lo tiene difícil, porque allá donde vaya le recordarán su condena. Los estadounidenses han caído del guindo con su 'tigre' favorito. Y no se lo van a perdonar fácilmente. Le creían un padre y esposo ejemplar y ha resultado ser un crápula, más verde que el 'green'.

Pero recordemos los hechos. El 27 de noviembre los servicios de urgencias de Orlando reciben una llamada procedente de Isleworth Community, en Windermere (Florida), una exclusiva zona residencial que acoge las suntuosas mansiones de algunos de los más famosos deportistas de élite, y el panorama que encuentran a su llegada es desconcertante: Tiger Woods, el mejor golfista del mundo, yace en el suelo cubierto con una manta, y asistido por su mujer, que dice haber roto el cristal del lujoso Cadillac Escalade de su marido golpeándolo con un palo de golf. Tiger acaba de chocar a muy poca velocidad (ni siquiera saltaron los 'airbags') contra una boca de riego, primero, y contra el árbol de su vecino, después. Tal vez su 'bosque' (woods, en inglés) no le dejó ver ese árbol. ¿O será más bien, como se ha dicho luego, que el golfista huía de una enrabietada esposa que le perseguía con un 'driver'? Lo cierto es que la Policía investiga si las heridas que Tiger presentaba en la cara procedían del accidente en sí o de una bronca conyugal. ¿El 'tigre' del golf mundial, víctima de la violencia doméstica? Hasta ahora lo único cierto es que aquel rocambolesco accidente destapó la doble (por no decir quíntupla) vida del laureado deportista.

Eldrick Woods, que así se llama, cumplirá este próximo 30 de diciembre 34 años. Vino al mundo en Cypress, California, y por sus venas corre sangre afroamericana y dominicana (por parte de padre), holandesa y tailandesa (por parte de madre), y china por parte de ambos. Semejante mezcla lo habría convertido a buen seguro en el Obama del golf, de no ser porque Obama se erigió en primera figura mundial mucho más tarde. Más bien habría que decir que Obama es el Tiger Woods de la política. Pero a Tiger ahora mismo nadie le compara con Obama, sino con el trístemente célebre O. J. Simpson. Lo de 'tigre' se lo puso nada más nacer su padre, Earl Woods, un veterano de Vietnam, en recuerdo del apodo de un soldado vietnamita, Vuong Dang Phong, que le salvó la vida. El bueno de Earl seguramente no podía imaginar aún el alcance del rugido de su pequeño tigre en el mundo del deporte, pero, por si acaso, a los dos años ya le puso un palo de golf en la mano.

Fortuna de mil millones de dólares

Superdotado para la cosa de meter una bolita abollada en un hoyo, Tiger se proclamó con sólo 21 años en campeón del renombrado Master de Augusta, convirtiéndose con ello en la persona más joven en ganar un 'major', con la mayor diferencia de golpes y el marcador más bajo. A partir de ahí, ganó otros tres Masters de Augusta, tres 'abiertos' de Estados Unidos, y otros tantos 'abiertos' británicos, además de cuatro campeonatos de la PGA. A consecuencia de todo ello, de la publicidad y de un negocio que ha creado para diseñar campos de golf, acabó entrando en el club de los 'milmillonarios' y proclamándose, con su fortuna de más de mil millones de dólares (sólo la publicidad le reportaba hasta ahora cien millones de dólares al año) en el deportista más rico del mundo.

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Casado en 2004 con la rubísima sueca Elin Nordegren, cuatro años más joven que él, todo parecía perfecto en la vida de Tiger. Una bella familia interracial (papá afroamericano, mamá nórdica y dos niños mulatos), una posición más que acomodada, un círculo de buenos y fieles amigos que nunca se iban de la lengua... Woods, irónicamente, presumía de llevar una vida demasiado aburrida como para interesar a la prensa del cotilleo. Incluso, se sacó una indemnización de 180.000 dólares, que donó a obras de caridad, al ganar una demanda contra una revista irlandesa que publicó un falso desnudo de su esposa. Al constructor de su yate (que no por casualidad bautizó 'Privacy'), lo llevó también a los tribunales porque osó hacerse publicidad utilizando unas imágenes del golfista y su familia, tal era la fiereza del 'tigre' en la defensa de su territorio...

Pero todo eso pertenece al pasado. Desde su raro accidente de coche, la figura de Tiger no ha hecho sino devaluarse. Las firmas comerciales que antaño le cortejaban ahora le ningunean (¿con qué cara va a anunciar una cuchilla Gillette, un hombre cuyo rostro está surcado por los arañazos de una esposa vengativa?). Su mujer le ha plantado y su suegra ha terminado en el hospital víctima de un soponcio. «No soy perfecto», colgó Woods en su página 'web'. Pero es que entre no ser perfecto y tener diez amantes (camareras, modelos, estrellas del porno...) media un abismo. Y lo peor está por llegar: un divorcio sanguinario y un goteo incesante de testimonios (bien retribuidos) por parte de sus 'ex', dispuestas a sacar tajada del escándalo y encantadas de contestar la pregunta del millón: ¿Es Tiger también un tigre en la cama?

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