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ANTONIO ROCHE
Domingo, 11 de octubre 2009, 04:29
Como el 'Campillo', Enrique Ponce nunca falla. Es un profesional que se entrega, sea una plaza de primera o de tercera, como Fuengirola; esté rebosante de público o con casi medio tendido en cemento visto. Al primero, un toro con pocas fuerzas, lo veroniqueó entre olés. Con la muleta instrumentó series más que aceptables, sin obligar mucho a la res. Mató de estocada hasta la bola y le dieron las dos orejas.
Pero la apoteosis llegaría en el cuarto, un toro que entró al relance a los dos caballos. Los lances por el pitón izquierdo fueron el preludio de una faena grande. Ligó muletazos profundos, enroscándose el toro en la cintura. Realizó algunos cambios de mano a cámara lenta y la faena fue a más. Ponce aprovechó el buen recorrido de 'Primavera II' para efectuar su tauromaquia personal: redondos por las espalda con la pierna genuflexa y toreo desmayado al natural. Llegó el delirio a los tendidos. El maestro de Chiva puso al público en pie, con gritos de ¡torero, torero! Cuando se perfiló para matar comenzaron los pitos y el torero desistió, continuando la faena porque el toro tenía motor para eso y para más.
Empezó a correr por los tendidos el rún-rún de un posible indulto, y de nuevo cuando cuadró al animal para matarlo volvieron a proliferar los pitos y la petición de indulto, que la presidenta del festejo concedió sacando el pañuelo azul. Se le perdonó la vida a 'Primavera II', que trajo el buen tiempo a la otoñal Feria del Rosario de Fuengirola. Enrique Ponce paseó entre el clamor las dos orejas y el rabo de otro toro traídos del desolladero
Salvador Vega cortó en el segundo del encierro dos generosas orejas. Con lo realizado, una oreja hubiera sido suficiente. El primer burel fue devuelto por cojera y en su lugar salió un toro sin pitones, muy escaso de fuerzas. Eso obligó a Vega a hacer buena parte de la faena con la muleta alta para poco a poco ir bajándosela. Tiró de adornos y pinturería, y fue muy buena una serie con la izquierda.
En el quinto, el menos potable de la corrida, se mostró Salvador Vega desconfiado, tanto con el capote como con la muleta. Estuvo porfión y se llevó una oreja tras matar de media tendida y caída.
Manzanares, que se mostró muy sobrado toda la tarde, ratificó en Fuengirola que no está en su mejor momento. Efectúa un toreo vistoso, artístico, pero carente de pureza, de profundidad, de sentimiento. Al tercero lo pasaportó de estocada tendida y le regalaron dos orejas. En el último, más de lo mismo. Después de ver torear a Ponce con temple con el capote, parecía que Manzanares pegaba latigazos en cada lance. Mató de pinchazo hondo y un descabello. El toro se echó después de dos horas y media de festejo.
Fuengirola. Feria del Rosario. Más de media entrada.
Seis toros de Hermanos Sanpedro (el segundo se corrió como sobrero), cómodos y que dieron buen juego en líneas generales. Fue indultado el cuarto de la tarde, marcado con el número 68 y de nombre 'Primavera II'.
Enrique Ponce: dos orejas y dos orejas y rabo. Salvador Vega: dos orejas y una oreja. José María Manzanares: dos orejas y palmas.
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