Borrar
El artista, ayer, en Málaga. / CARLOS MORET
Manuel Mingorance Acién: «Nunca me han interesado las modas, para mí la pintura soy yo»
ARTISTA

Manuel Mingorance Acién: «Nunca me han interesado las modas, para mí la pintura soy yo»

El autor malagueño cede a la ciudad 390 óleos y casi 9.000 dibujos realizados durante toda su vida

A. J. LÓPEZ

Miércoles, 17 de junio 2009, 04:20

No solía comprar el diario, pero aquella tarde lo hizo. Se topó con el anuncio de una beca municipal para estudiar en la Academia de Bellas Artes de Madrid. El plazo había expirado, pero le permitieron presentarse. Sólo había otro aspirante: Félix Revello de Toro. «Gracias a la generosidad de Félix», accedió al premio. Era el año 1945. Comenzaba la carrera de Manuel Mingorance Acién, que ha desarrollado toda su trayectoria en Madrid. Ahora, con 89 años, devuelve el gesto a su ciudad: acaba de donar 390 óleos, casi 9.00 dibujos y 24 grabados realizados durante toda su vida.

Viene de visitar las calles de la Trinidad donde creció, ¿cómo ha sido el reencuentro?

Hay sentimientos que no se pueden expresar con palabras. La calle donde yo nací, la luz... No puedo expresarlo. Recuerdo sobre todo la enorme pobreza. La gente pasaba hambre de verdad.

¿Y cómo recuerda a aquel niño de familia humilde que pudo ir a Madrid y cumplir su sueño de pintar?

(Emocionado) Lo recuerdo muy bien y estoy orgullosísimo de él. Gracias a la generosidad de Revello, que no se opuso a que participara en el concurso, pude ir a Madrid y convertirme en pintor. Nos pusimos en cursos distintos y él se llevaba todos los premios del suyo y yo, del mío. Nunca competimos. Para mí Revello es más que un amigo, es un hermano.

Supongo que el cambio de Málaga a Madrid fue notable.

¡No, porque yo he sido un malagueño en Madrid! Todo el mar Mediterráneo, la luz, las playas, las mujeres, todo eso lo he pintado en Madrid, porque siempre he pintado de memoria. Mi pintura ha sido una pintura malagueña, pero hecha en Madrid. Málaga la he llevado siempre conmigo, así que por eso supongo que no recuerdo ese contraste tan grande. Nunca he pintado al natural, sino de memoria y eso tiene muchas ventanas; sobre todo, no dependes de nadie.

Fiel a la memoria

No depende de nadie, pero requiere justo eso, memoria. ¿Le ha fallado en alguna ocasión?

¡Nunca jamás! A veces, Lucía, mi mujer, me veía pintando una mano y me decía '¿Quieres que pose?' y yo le decía que no, que ya tenía fijada en mi mente la imagen que quería pintar. Por eso, ella me decía que no necesitaba modelos para hacer mis cuadros de mujeres desnudas... (ríe). ¡Y la verdad es que tenía razón!

¿Y nunca le tentó pintar de otra manera, acercarse a otros estilos?

¡Jamás! Nunca me han interesado las modas, porque para mí la pintura soy yo. De todos los movimientos artísticos que he conocido a lo largo de mi vida nunca me ha interesado nada. Yo soy yo, para bien o para mal. Conocí todos los 'ismos' de la vanguardia, pero nunca me sedujeron. Siempre fui una isla y eso me ha salvado. He sido amigo de artistas de vanguardia, pero jamás he me sentido la tentación de pintar de esa forma. Jamás he pintado abstracto porque a mí lo que me interesa es la realidad, mi realidad, mi vida vivida por mí y la realidad que yo he sentido, por eso siempre he pintado de memoria. Nunca he necesitado modelos, porque siempre he pintado la imagen que veía en mi interior. Esa era la forma que yo tenía de pintar, esa era mi pintura y nunca he necesitado pertenecer a ninguna corriente o moda.

En la actualidad, a menudo se echa de menos en algunos autores ese convencimiento en el propio discurso.

En el arte actual se han perdido muchas cosas, ha querido romper con la tradición y la tradición es tan amplia y tan rica que resulta absurdo ir contra ella. Es tan gloriosa que no se puede obviar. Sin olvidar esa tradición, yo siempre he querido ser yo, no ser nadie más ni parecerme a nadie.

Otra de sus decisiones fue abandonar el mercado del arte allá por los años 80, cuando su obra ya era muy cotizada. ¿Por qué lo hizo?

Porque no sabía qué hacer con el dinero. Para mí lo importante es la pintura, poder pintar. Ya tenía dinero para comer y no quería pintar para vender. Nunca he dejado de pintar pero no me interesaba vender. La prueba está en todas las obras que tenía en mi estudio y que ahora cedo a mi ciudad.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur Manuel Mingorance Acién: «Nunca me han interesado las modas, para mí la pintura soy yo»