
M. A. GONZÁLEZ
Jueves, 23 de abril 2009, 11:02
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Tenían que apartar piedras como quien desmonta un castillo de naipes. Cada vez que quitaban un peñasco, apuntalaban y aseguraban el terreno. Un movimiento en falso podía provocar un derrumbe fatal para los dos obreros que estaban sepultados bajo la montaña de rocas. El tiempo jugaba en contra.
El de ayer fue un rescate a vida o muerte. Los bomberos preguntaban constantemente al médico por el estado de los heridos para saber cuánto tiempo tenían por si era necesario acelerar el ritmo de los trabajos, aunque eso supusiera asumir más riesgos. «Todavía aguantan», les contestaba el facultativo, según comentaba ayer un testigo. Tras media hora de tensión, lograron salvarles la vida a ambos.
El accidente ocurrió a las 16.45 horas en la calle Subida a San Cristóbal, en la capital. Un grupo de trabajadores de una empresa de ferralla trabajaba en el encofrado de una parcela donde estaban levantando muros pantalla para contener el terreno. Un día antes acabó el rebaje de la parcela, que en la zona donde ocurrió el siniestro podía tener más de seis metros de profundidad.
Seis toneladas
Ayer, mientras los obreros trabajaban en la colocación de los hierros para el encofrado, se produjo un corrimiento de tierra que provocó el desprendimiento de todo el muro. Aproximadamente, cinco metros cúbicos de terreno, que traducidos en peso pueden ser más de seis toneladas de rocas.
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Según fuentes cercanas al caso, los operarios salieron corriendo al ver que la tierra cedía, pero dos de ellos no pudieron escapar. Los dos trabajadores, de 38 y 35 años, quedaron prácticamente sepultados bajo una montaña de piedras. El equipo de bomberos que actuó en el accidente -17 efectivos- logró evacuar al primero de ellos en diez minutos; fue trasladado al Hospital Clínico con múltiples fracturas, aunque aparentemente sin lesiones en órganos vitales. El segundo fue liberado después de media hora de un muy laborioso rescate. Estaba inconsciente y gravemente herido. Ingresó en Carlos Haya con politraumatismos.
Al lugar del accidente se desplazó el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que se interesó por el estado de las víctimas ante la gravedad del siniestro. También acudió el delegado de Construcción de Comisiones Obreras, Alfonso Galisteo, quien anunció que solicitará a la Inspección de Trabajo que investigue si se empleaban las medidas de seguridad necesarias. «Creo que no se han tenido en cuenta las condiciones del terreno», declaró el representante sindical.
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