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Viernes, 30 de enero 2009, 04:06
FRANKENSTEIN
«Al monstruo se lo debo todo», diría Boris Karloff muchos años después de que la Universal Pictures estrenara, en 1931, la película de James Whale, 'Frankenstein'. Inicialmente ofrecido a Bela Lugosi, el papel del monstruo fue rechazado por el actor de origen húngaro, quien tras su impactante éxito con 'Drácula' consideró ofensivo que el monstruo no tuviera ni una sola línea de diálogo, además de tener que someterse a sesiones de maquillaje de cuatro horas para encarnar a la terrorífica criatura que empezó a gestarse en la imaginación de Mary Shelley una noche de junio de 1816.
Si bien se rodaron tres versiones mudas sobre el mito de Prometeo encarnado por el doctor Frankenstein -sólo se conserva la primera, 16 minutos que fueron producidos por, ojo al dato, Thomas Alba Edison-, el filme dirigido por Whale fue el primer 'Frankenstein' del cine sonoro. El argumento, hoy en día conocido por todos, es servido a través de un claroscuro lúgubre y opresivo que alimenta de forma altamente eficaz el terror gótico de la cinta hasta obtener el ambiento pesadillesco requerido por la historia, asimismo subrayado por una música orquestal de oportuna precisión, que acentúa su ritmo en los momentos más intensos de la película. En este escenario tenebroso inspirado en el expresionismo alemán al servicio de una cinta que entremezcla los géneros de terror, ciencia-ficción y drama, destaca la figura del monstruo. Vestido con harapos de talla inferior a la que le correspondería, y magistralmente maquillado por Jack Pierce, siempre bajo la atenta supervisión de James Whale, La criatura nacida de las manos de Henry Frankenstein deambula como un ser de espantosa inhumanidad, tambaleando de forma grotesca su cuerpo remendado, y asombrando en los primeros planos el estremecedor vacío de sus ojos, que podría atribuirse a la ausencia de alma. En los títulos de crédito de la película, junto al nombre del monstruo no aparecía el del actor sino un simple signo de interrogación. Tras el éxito, convertido ya Boris Karloff en el eterno rival de Bela Lugosi en la mayoría de las producciones del género de terror, su apellido sin nombre comenzó a mostrarse en mayúsculas: un gran KARLOFF destacando sobre la pantalla negra.
LA NOVIA DE FRANKENSTEIN
Cuatro años después del estreno de 'Frankenstein', le llegó el turno a la culminación del proyecto que el director de la Universal Pictures, Carl Laemmbre Jr, emprendió en 1931: una segunda oportunidad para el monstruo, interpretado nuevamente por Boris Karloff y nuevamente dirigido por James Whale. De hecho, sería la última película de terror que rodaría Whale.
El filme comienza con una escena ambientada en Villa Diodati, en la que Byron, mientras a través de los ventanales se ve la impresionante tormenta que está arreciando sobre los alrededores del lago, se dirige a Mary Shelley declamando: «Cuéntanos tus infiernos mientras el cielo brama». El monstruo no ha muerto y el doctor Pretorius, quien ha creado ya varios homúnculus, convence a Henry Frankenstein para unir sus talentos y dar vida a una compañera adecuada al monstruo, con la finalidad de iniciar una nueva raza. Sin embargo la humanización de la criatura mediante el amor resulta ser una quimera: la novia engendrada para el monstruo no es capaz de descubrir la sensibilidad oculta tras la terrorífica apariencia. Rodado con una elegante sensibilidad, el filme ofrece varias escenas tan merecedoras de pasar a la historia del cine que han acabado formando parte de él: el encuentro entre el monstruo y el viejo violinista ciego; el momento en que el malvado doctor Pretorius muestra sus homúnculos a Henry Frankenstein; el 'nacimiento' de la criatura femenina... Por no hablar de la reunión en las catacumbas en la que los dos científicos brindan por la creación de la vida a partir de la muerte.
Algún tiempo después del estreno, ciertas escenas fueron reajustadas o directamente suprimidas por motivos diversos. En concreto, se eliminó toda una trama secundaria en la que uno de los personajes comete numerosos asesinatos con el fin de inculpar al monstruo: los veintiún muertos iniciales fueron reducidos por la censura hasta dejarlos en diez, y es que ya en esa época sobraban cadáveres en los Estados Unidos. La versión de 'La novia de Frankenstein' que ha sobrevivido hasta nuestros días se ha quedado por lo tanto con 75 minutos de los 90 originales. 75 minutos, eso sí, que son pura poesía filmada.
LA SOMBRA DE FRANKENSTEIN
'La sombra de Frankenstein' -titulada en DVD 'El hijo de Frankenstein'- fue la última película rodada por la Universal Pictures sobre la historia escrita por Mary Shelley. Estrenada en 1939, no habían podido contar en esta ocasión con la dirección de James Whale, quien había sido sustituido por Rowland V. Lee. Si bien inicialmente la productora consideró la posibilidad de rodar esta tercera entrega en color, se decidió finalmente por el blanco y negro, con el fin de no interferir en la continuidad de la ambientación expresionista. La estética sin embargo se ha modernizado ya que la acción se desarrolla por primera vez en la época del rodaje. El resultado es un film de una abstracción más sutil que la que imperaba en las cintas precedentes, así como unos diálogos más realistas. En cuanto al personaje del doctor Wolf Frankenstein -hijo de Henry-, interpretado por Basil Rathbone, su descripción psicológica ha sido más elaborada que la de los anteriores protagonistas de la saga. Uno de los mayores aciertos de la cinta es el concepto de dualidad sugerido al poner frente a frente a los dos hijos de Henry Frankenstein: el biológico y el 'electrificado'; dualidad que se ve asimismo reflejada en la arquitectura y la decoración de la mansión Frankenstein, donde tanto Wolf como el propio monstruo tratan de comprender la existencia que les ha tocado.
Además de la poderosa atracción ejercida sobre el espectador por Karloff en su tercera encarnación del monstruo, aparece por primera vez el pastor loco Ygor, un personaje que ni siquiera figuraba en el primer borrador del guión y que fue añadido expresamente para hacerle un favor a Bela Lugosi, quien se encontraba en ese momento sin trabajo. El paródico 'remake' de Mel Brooks con 'El jovencito Frankenstein' seguirá muchas de las pautas de esta película, joroba de Ygor incluida, aunque en esta ocasión el destino de la criatura diferirá felizmente del de su precursor. Y es que 'La sombra del monstruo', y nunca mejor dicho, es muy, muy alargada.
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