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EFE
Miércoles, 9 de julio 2008, 03:43
Pamplona vivió ayer con alegría e ilusiones renovadas una nueva jornada festiva de sanfermines que se ha iniciado con un encierro de los toros de la ganadería gaditana de Cebada Gago, que protagonizaron un encierro rápido y limpio, de poco más de dos minutos y veinte segundos de duración.
Este encierro, el segundo de los sanfermines, tuvo una menor afluencia de corredores que el celebrado el lunes y resultó menos peligroso, aunque un joven bilbaíno fue trasladado al hospital con un puntazo en el muslo.
La carrera de los Cebada Gago se espera cada año con cierto temor en Pamplona, ya que los astados gaditanos tienen una media de dos corneados en cada carrera, pero la manada cubrió ayer los casi 850 metros del recorrido con limpieza y sin apenas lanzar derrotes hacia los mozos.
Tras el encierro de ayer, cinco corredores fueron trasladados a centros sanitarios de Pamplona. Por su parte, un vecino de Lecumberri (Navarra), que el lunes fue herido de mayor gravedad, continuaba ayer en la UCI del Hospital de Navarra, aunque no tuvo que ser intervenido quirúrgicamente y evoluciona favorablemente.
Precisamente, la ganadería de Cebada Gago recibió ayer el trofeo Carriquiri 2007 al mejor astado de la feria por el toro 'Segador', lidiado el 10 de julio del pasado año por el diestro Juan Bautista.
Otro toro, de nombre 'Esotérico' y de Victorino Martín, lidiado el 14 de julio de 2007, también fue premiado, aunque en este caso por su sabor en la cazuela, en el concurso organizado por la sociedad gastronómica Gazteluleku, que cada año galardona al 'Toro más jugoso' de los Sanfermines.
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