Scariolo afirma que el fichaje de Sanders no contaba con su visto bueno

No es verano, pero como si lo fuera. Al menos para el Unicaja. De no ser por el alumbrado navideño, por el ajetreo de compras y regalos, por las panzas algo más hinchadas que de costumbre y por la inestabilidad atmosférica, cualquiera podría pensar que es el estío el que avanza y no la última semana de otro año que agoniza. El entrenador del equipo malagueño ha lanzado en pleno diciembre un auténtico pulso al club de Los Guindos tras la última actuación consumada, el fichaje de Melvin Sanders. Ayer volvieron los comunicados a través de su web personal y el tono rotundo y contundente en sus declaraciones ante una decisión en la que asegura no haber tomado parte.

Según recogió el propio entrenador en su espacio en Internet, el enfado hunde sus raíces en la contratación de un jugador que no atiende a sus peticiones y en una operación que no contó con su visto bueno. «Me tomo este enésimo desplante -en relación a la contratación de Sanders en lugar de sus pretensiones de incorporar a Elmer Bennett- con sentido del humor, porque de lo contrario habría que estar bastante tristes: se ha traído a un jugador sin contar con el visto bueno del entrenador y en una posición distinta a la que el entrenador consideraba que había que reforzar el equipo».

Si en un principio la sustitución de Alfonso Sánchez se convirtió en el principal objetivo de la dirección deportiva del Unicaja, el paso de las jornadas y la consolidación del equipo llevaron al técnico a derivar su interés hacia la incorporación de un base, posición que estima como más deficitaria en el conjunto. Ahora, la llegada de Sanders le priva de contar con un director de juego complementario que cubra las carencias que, según el propio Scariolo, presenta el jugador serbio y apoye la labor de Cabezas.