TEXTO: AMANDA SALAZAR
Martes, 18 de diciembre 2007, 20:00
CUANDO llegó al hospital de las Hermanas de la Caridad en Chokwe, Mozambique, su corta vida ya estaba condenada. Con sólo siete años, Nelson perdió a sus padres, enfermos de sida. Él también era portador del VIH. Los ojos de este huérfano se cruzaron con el objetivo de Mariano Pozo, que ahora recoge su rostro junto a las otras miradas del sida en Mozambique en un libro.
Publicidad
Este fotógrafo malagueño ha puesto su trabajo al servicio de la solidaridad a través de un proyecto con el que espera recaudar fondos para ayudar a las ONG que trabajan en Mozambique. Aunque no es la primera vez que este profesional autodidacta se mete en la piel del lobo. 'Mozambique in memoriam' es su segundo libro. Antes, viajó a la India para retratar el día a día en el slum o barrio marginal de Kalakar Trust, en Nueva Delhi. Consiguió ayudar a mejorar el barrio y en su honor pusieron su nombre a una plaza.
Ahora, en Mozambique, ha conocido la mirada del miedo en los ojos de un niño. «Cuando vi a Nelson por primera vez, me impactó mucho su mirada llena de miedo; miedo a lo desconocido y miedo a la soledad», señala Mariano Pozo. «Se te rompe el alma cuando ves ese terror en el rostro de un niño», explica. Cuando Pozo terminó su libro, que presenta mañana en el Ateneo de Málaga, se enteró de que Nelson había muerto.
Condena a muerte
«La mayoría de las personas que recogemos en el libro ya no están en este mundo porque tener sida en África es tener una cita con la muerte, por eso le pusimos 'In memoriam', para rescatar la memoria de todas esas personas que han desaparecido, para rescatar sus historias y decirle al mundo que han vivido», afirma Pozo.
Mariano Pozo y Javier Souvirón, que pone el prólogo y los poemas a los textos y las fotografías, pasaron un mes en Mozambique conociendo la realidad del sida en la zona. «Lo más sorprendente es conocer a las personas que están entregando sus vidas para luchar por los que no tienen nada; la labor de las ONG y de las religiosas allí es increíble», asegura Pozo, quien visitó una casa de acogida de las Hermanas de la Caridad para huérfanas de la guerra y del sida.
Publicidad
En Mozambique, el 64% de la población está afectada por el sida. En poblados como el de Nelson las cifras aumentan al 80%. La labor humanitaria de las ONG se hace indispensable, pero de poco sirve cuando se ven obligados a trabajar sin retrovirales que en Occidente han conseguido frenar la enfermedad. «Es como ir a la guerra con un tirachinas, una lucha sin cuartel y casi sin esperanzas», matiza Pozo.
Para este fotógrafo solidario lo peor es ver ese sufrimiento en un niño. «Ellos son las principales víctimas de esta enfermedad en África, víctimas inocentes que no comprenden qué les ocurre ni porqué se quedan huérfanos y abandonados en las calles», señala Pozo, quien confiesa que en el viaje a Mozambique estuvo muy sensibilizado con la infancia porque acababa de ser padre. «Intenté retratar la infancia arrebatada de muchos niños», escribe en su libro, que puede adquirirse en librerías y en la web 'www.marianopozo.com' por 22 euros. Un dinero que irá destinado a una casa de acogida de las Hermanas de la Caridad en la capital de Mozambique, Maputo, para niñas huérfanas y para un hospital de Chalucuane.
Publicidad
«Cuando tuvimos que volvernos, me costaba pensar en recuperar mi vida normal después de haber visto tanto sufrimiento, pero las hermanas me dijeron que me fuese tranquilo porque allí podía hacer poco, pero en España podía hacer mucho por ellos», señala Pozo, quien piensa que una acción pequeña como la suya puede cambiar el mundo.
Captar la otra realidad
Su intención es seguir viajando y fotografiar la realidad del mundo que nos rodea para mostrara al primer mundo lo que no quiere ver. «Espero que con mi libro la gente pueda entender a estas personas y que cuando vean a miles de personas arriesgando la vida en cayucos comprendan que lo único que intentan es escapar de una vida miserable», señala.
Publicidad
Aunque acaba de publicar 'Mozambique in memoriam', que le ha llevado dos años de trabajo, Pozo no piensa descansar y ya está trabajando en su próximo proyecto. «Quiero volver a la India. Gracias a mi anterior proyecto, se ha puesto en contacto conmigo un religioso de que tiene una casa de acogida para los niños de la estación de tren, que es uno de los principales puntos de trata de personas para órganos y para la prostitución». Un nuevo reto para captar miradas olvidadas.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Marc Anthony actuará en Simancas el 18 de julio
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.