

Secciones
Servicios
Destacamos
FEDERICO ABASCAL
Lunes, 10 de septiembre 2007, 04:12
CUANDO ve algún hueco en el espacio electoral, el descontento político suele derivar hacia la creación de nuevos partidos con vistas a obtener representación parlamentaria. En su gestión de la lucha antiterrorista, el presidente Zapatero no sólo se ha visto incesantemente atacado por el Partido Popular, al que flanquean sus resortes mediáticos y gran número de asociaciones religiosas, incluida la cúpula eclesial, sino que ha logrado involuntariamente abrir grietas en las terminales socialistas de Cataluña y el País Vasco. El PSC no entiende bien el significado de la sustitución de Maragall por Montilla, y el socialismo vasco, que no ha digerido en algunos sectores el cambio interno de personas y estrategia política, ha generado reacciones públicas tan llamativas como la de Rosa Díez, ya ex militante, y el corrimiento de las asociaciones antiterroristas, como la AVT o el Foro de Ermua, hacia posiciones decididamente conservadoras.
El descontento en el País Vasco no es transversal, aunque se produce, por razones distintas, en cada una de las dos facciones sociales, la constitucionalista y la nacionalista (con sus subdivisiones respectivas). En el constitucionalismo se viene observando un persistente enfrentamiento entre quienes añoran el frente constitucional con el PP y los que prefieren, como en la actualidad, serenar el ambiente, desterrar la crispación y vivir con la mano tendida hacia un Partido Nacionalista Vasco con el que el PSE-PSOE gobernó muchos años. Rosa Díez pertenece a la añoranza frentista, argumentalmente enriquecida con las críticas a la, para ella y tantos otros, actitud excesivamente blanda de Zapatero hacia ETA, hasta el fin del alto el fuego.
Pero no sólo se ha visto descontento entre socialistas sino hasta en el plano intelectual, desde el que Fernando Savater, buen pensador como buen filósofo, ha descendido a la arena política y estimulado la creación de una plataforma política, con vistas a transformarse en partido. Y ya se ha instalado en esa plataforma Rosa Díez y el presidente de Foro de Érmua, Mikel Buesa, decididos a que el esbozo de partido Unidad, Progresismo y Democracia (UPD) obtenga algún escaño en las elecciones de marzo. En su artículo/manifiesto publicado ayer en el diario 'ABC'', Buesa informa de la existencia de «un impulso moral» que le conduce a él, «como a otros muchos», a emprender la aventura del nuevo partido político.
Leyendo con circunstancial detenimiento el artículo de Buesa, no se acierta a distinguir en qué podría diferenciarse el proyecto de este UPD de las tesis que viene defendiendo el PP en esta legislatura, entre las cuales figuraría la de «derrotar en las urnas a todos los que, con Rodríguez Zapatero a la cabeza, han propiciado la degeneración de la convivencia», frase que Buesa firma. Y acusa a la izquierda socialista de estar «impregnada de etno-nacionalismo», lo que podría despertar alguna sorpresa, no exenta de cierta inquietud, en quienes no ven ninguna relación especial entre la etnología y particularísimas ideologías políticas.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.