A. M. R.
Martes, 24 de julio 2007, 15:17
Por la mañana, en su sede canónica de la parroquia de San Felipe Neri, se celebró una misa pontifical presidida por el obispo de la diócesis, Antonio Dorado Soto, y cooficiada por el delegado episcopal de Hermandades y Cofradías, Felipe Reina, el que fuera director espiritual de la Sangre, Isidro Rubiales, y el actual, Gabriel Pérez. En el transcurso de la misma, el prelado coronó litúrgicamente a la Virgen de Consolación y Lágrimas. A las 12.29 minutos, Dorado Soto colocó sobre las sienes de la Dolorosa la nueva corona, realizada por la firma Fernando Joyeros, bajo los sones del 'Aleluya' interpretados por la Coral Santa María de la Victoria, y una salva de aplausos. En la iglesia no cabía ni un alfiler y testigos de este histórico acto fueron el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre; varios concejales; el presidente de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa, Rafael Recio; el de la Congregación de Hermandades de Gloria, Sebastián Martín; el presidente de la Cámara de Comercio, Jerónimo Pérez Casero, y hermanos mayores de cofradías de Pasión y de Gloria.
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