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MARÍA DOLORES TORTOSA
Martes, 27 de mayo 2014, 11:06
Susana Díaz ha dicho por activa y pasiva desde que asumió la Presidencia de la Junta en septiembre que su «compromiso es con Andalucía», descartando con ello que pensara dar el salto a Madrid y presentarse a las primarias del PSOE para la elección del candidato a la Moncloa. El adiós de Alfredo Pérez Rubalcaba ayer y su convocatoria del congreso extraordinario para elegir al secretario general del PSOE el próximo julio vuelve, sin embargo, a colocarla en el punto de mira.
Díaz se ha consolidado en estas elecciones como la única fuerza emergente en el desolado páramo del Partido Socialista en España. Su arrollador triunfo del domingo, tras sacar 9,3 puntos al PP de Rajoy en Andalucía, la señalan como la mejor posicionada para coger las riendas de su partido a nivel nacional. Su entorno ni lo descarta, ni lo afirma. En realidad no se atreve a decir nada. «Es algo que solo ella puede decidir», habla una persona cercana a Díaz. Esta guarda silencio, con lo que da a entender que está sopesando los pro y contras de cuál va puede ser su papel en el PSOE a partir de ahora. Hoy preside una ejecutiva regional para valorar los resultados del domingo y se espera que aclare algunas incógnitas.
Susana Díaz afrontó las europeas con una gran exposición personal. Quería ganar en Andalucía para empujar en su partido hacia arriba, pero sobre todo para ser legitimada por los ciudadanos como presidenta de la Junta, cargo al que accedió en sustitución de Griñán sin haber sido cabeza de cartel electoral. Sus expectativas se han cumplido de sobra. Ha roto la racha de victorias del PP, que ganaba en Andalucía desde las municipales de 2011, y ha conseguido que su partido sea otra vez primera fuerza, pese a perder medio millón de votos de la herencia de Griñán.
Díaz conoció la decisión de Rubalcaba en la mañana de ayer, antes de anunciar su marcha y la convocatoria del congreso extraordinario. En su entorno admiten «preocupación» ante la nueva situación en el PSOE. Desde la noche electoral Díaz asumió que todas las miradas en su partido se dirigirían a ella. No ha trascendido, sin embargo, las presiones que desde entonces ha recibido para dar un paso al frente.
Las posibilidades que se apuntan son varias. Una sería asumir la secretaría general pero manteniendo la presidencia de la Junta andaluza. Es la misma fórmula que Dolores de Cospedal, que es número dos del PP nacional y presidenta en Castilla-La Mancha, pero con una gran diferencia. Díaz debería compaginar el papel de líder de la oposición en Madrid con el de presidenta de una comunidad de otro color político al del Gobierno. Una situación que dificultaría su papel institucional en Andalucía. La otra posibilidad es dejar todo y marchar a Madrid.
Algunos destacados socialistas consultados consideran una locura cualquiera de estas opciones. Opinan que Díaz debe consolidarse en Andalucía, ganar unas autonómicas y esperar un tiempo antes de dar el salto a la política nacional. Entienden que de otra forma el electorado andaluz podría entender que ha sido utilizado como trampolín en su carrera política y castigar al PSOE.
Gesto de generosidad
La opción que se plantea desde esta óptica es la de un «gesto de generosidad» por parte de Susana Díaz. Decida o no saltar a la arena, la presidenta andaluza tiene la sartén por el mango. Es el cargo socialista de mayor peso institucional, dirige la federación más numerosa, con el 25% de la militancia socialista hecha una piña tras ella, y además ha aportado el 26% de los votos socialistas de estas últimas elecciones. Haber ganado al PP la refuerza aún más. Todo ello la convierten en figura clave a la hora de elegir quién, sino ella, puede ser el futuro líder/lideresa del PSOE.
La decisión no se plantea fácil para la presidenta andaluza, una mujer de 39 años de confesada ambición de llegar lejos en política. «Este es el primer fruto que prometí que os iba a dar en Andalucía», dijo de forma enigmática la noche del domingo. Los trenes no pasan todos los días y Díaz es consciente de que el sustituto de Rubalcaba está llamado a ser el nuevo líder del PSOE y nunca se sabe por cuanto tiempo.
Tampoco se plantea fácil para los socialistas andaluces renunciar a Díaz, tras levantar cabeza después de cuatro años de zozobra y pérdidas electorales. El secretario de Organización del PSOE-A, Juan Cornejo, admitió al hacer balance de los resultados que Díaz es un «referente» nacional del PSOE, pero «su compromiso es con Andalucía. Lo ha dicho muchas veces». También reconoció que la federación andaluza «jugará un papel importante en el futuro» en su partido.
Estímulo
Cornejo hizo una lectura triunfalista de las europeas, porque el PSOE ha ganado en 661 de los 702 municipios andaluces y en ciudades importantes gobernadas por el PP que le permitirán afrontar «con estímulo» los próximos comicios municipales. Los socialistas celebran sobre todo que el PP haya perdido en Jerez, donde vive el candidato Miguel Arias Cañete y en todas las ciudades de los principales miembros de la dirección del PP: Málaga (Juanma Moreno); Valverde del Camino (Loles López Gabarra) y Motril (Carlos Rojas). El PP ha mantenido Tomares, de la que es alcalde José Luis Sanz, defenestrado como candidato a presidir el partido.
La celebrada victoria del PSOE se debe sobre todo al descalabro del PP en Andalucía, en la que ha perdido algo más de 300.000 votos respecto a las europeas de 2009 y alrededor de un millón de votos respecto a las autonómicas de 2012.
Pero el PSOE también ha perdido miles de apoyos, 590.000 votos respecto a 2012. En otras circunstancias, es decir, si no hubiera sacado la ventaja de 9,3 puntos al PP, incluso su resultado hubiera sido calificado de catastrófico. Pese a ese 35,1% de sufragios, solo le han votado 937.257 andaluces. Es la primera vez desde las municipales y generales de 1979 que el PSOE baja del millón de votos en Andalucía. Un dato este que algunos críticos internos del PSOE esgrimen para que Díaz no saque tanto pecho.
Cornejo reconoció que hay que analizar voto a voto y tomar nota, pero insistió en que el resultado avalas «políticas útiles» del Gobierno de la Junta y que el PSOE hoy «tiene más fuerza que ayer». El número dos de Díaz descartó un adelanto electoral en Andalucía y rechazó extrapolar los resultados a unas autonómicas. Otras fuentes socialistas sí lo hicieron. El PSOE obtendría 51 diputados (la mayoría absoluta está en 55); mientras el PP, 35; IU, 12; UPyD,6; y Podemos, 5. El Parlamento andaluz se llenaría de colores e IU dejaría de ser la fuerza llave de Gobierno.
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