Silencio, semáforo en rojo

Los sonómetros instalados en las terrazas de los bares del Centro ya mandan a callar a los malagueños que hacen más ruido de la cuenta. El primer medidor acústico, que se ilumina en rojo cuando se superan los límites permitidos, se puso ayer en marcha ante la sorpresa y expectación de los clientes. Tras una semana recabando datos, este particular semáforo comenzó a lucir en diferentes colores en función del número de decibelios emitidos y a emitir un pitido cuando supera el nivel máximo durante varios segundos.

El primero en estrenar ese nuevo sistema fue un bar ubicado en la calle Ángel. Y, como no podía ser de otra forma, los usuarios del establecimiento lo estrenaron gritando para ver que se iluminaba y mostraba un mensaje de silencio. Durante tres semanas, estos medidores -que se pondrán en cuatro terrazas más- registrarán el sonido ambiente y tratarán de concienciar a los malagueños sobre la importancia de no gritar en exceso.

Javier Mujarrieta, empresario que trabaja en la zona, considera un acierto instalar sistemas que traten de compatibilizar el ocio y el derecho al descanso. «Al principio será un reto, porque todo el mundo hará más ruido para ver si se enciende, aunque a la larga la gente se concienciará».

De la misma opinión es Ana Altozano, quien señala que muchas veces las personas no se dan cuenta del ruido que hacen hasta que no están en casa. «Nunca está de más que alguien, o algún aparato, diga que nos estamos pasando, porque Málaga es muy ruidosa y hay que hacer algo al respecto».

Los medidores se encenderán en rojo cuando se superen los 75 decibelios, mostrarán un mensaje de silencio y emitirán un pitido para alertar a quienes se encuentran en la terraza. No obstante, los hosteleros y el Ayuntamiento negocian con la empresa instaladora eliminar la alerta acústica para evitar que haya aún más contaminación en el ambiente.