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VANESSA MELGAR * deportes@diariosur.es
Viernes, 9 de mayo 2014, 10:24
Antonio, Pilar, Juan Manuel, María Isabel, José Manuel y María de los Ángeles son seis de los 7.000 valientes que mañana se enfrentarán a los 101 kilómetros de La Legión, la mítica prueba organizada por el Tercio Alejandro Farnesio IV, ubicado en Ronda, que ya acaricia su decimoséptima edición y que ha recibido más de 25.000 solicitudes. Para estos rondeños, que participarán en las categorías de duatlón masculino, duatlón femenino, MTB masculino, MTB femenino, marcha masculina y marcha femenina, los 101 son «el reto del año, una prueba bonita y familiar, superación personal, un gran reto, nervios y la ilusión del año». Llevan casi 365 días preparándose y pisando la misma línea de meta. A 24 horas para la salida, en el parque de la Alameda del Tajo, explicaron que su objetivo es completar el recorrido que discurrirá por los municipios malagueños de Ronda, Arriate, Montejaque y Benaoján y los gaditanos de Alcalá del Valle y Setenil de las Bodegas.
Antonio Guerrero sabe bien lo que son los 101. «No recuerdo cuántas veces he participado. La mejor fue en 2011, cuando gané. El año pasado quedé segundo», explicó. Su victoria le supo especialmente bien, puesto que compitió con el dorsal de un amigo que había fallecido en un accidente de moto. Antonio dejará MTB este año y se estrenará en la modalidad de duatlón. «Yo salgo a ganarlos. Me he preparado para poder hacerlo o para conseguir un buen resultado», sentenció.
María Pilar Agudo también quiere entrar en el podio. Es profesora de instituto y mañana será su quinta participación. «He participado tres veces en MTB y una en duatlón, y he conseguido un primer puesto, dos segundos y un cuarto», relató al tiempo que recordó cómo un año una alumna suya la animó en una de las subidas más duras: «Me trajo bebida isotónica y naranjas. La he buscado, pero no la he encontrado», manifestó. «Para mí la prueba es eminentemente física», añadió. Los 101 le servirán de entrenamiento para otro reto que tiene por delante: coronar un ochomil en Pakistán. «El momento más duro es la cuesta de Los Molinos. Allí piensas que si te bajas de la bicicleta te caes. Pienso en que arriba están mi familia y mis amigos», describió.
Para José Manuel Monago, sin embargo, el peor momento es la llegada al Cuartel: «Si te entretienes bastante puedes perder la prueba. Ves mucha gente tirada en la cuneta, esperando un coche, personas jóvenes destrozadas y mayores que llegan a la meta y te das cuenta de la fortaleza física del ser humano», destacó este rondeño que realizará el recorrido en bicicleta.
«Alguien te socorrerá»
La historia de los 101 también la escribirán mañana deportistas que por primera vez han decidido inscribirse, como María de los Ángeles Pérez: «Los haré en MTB. Estoy muy nerviosa, pero creo que todo saldrá muy bien. Considero que a partir del kilómetro 70 me va a costar bastante. Esta prueba es muy dura, y el 50 por ciento de la preparación es mental. Si tu mente puede, tu cuerpo también», afirmó esta trabajadora de un restaurante de comida que bromeó: «A las 20.00 tengo que estar aquí, ya que entro a las 20.30 a trabajar».
Son muchos los 'cientouneros' con historias especiales. María Isabel Morilla, que competirá en marcha, guardará un recuerdo especial para su marido, que ha fallecido. «La última vez los hice con mi marido, que ha fallecido, en tándem y este año mi reto es terminarlos con mis amigas que me dan mucha fuerza», explicó visiblemente emocionada.
«Mucho es mentalizarse. Los 101 kilómetros tienen un ambiente totalmente diferente al de otras pruebas. En todo momento estás atendido. Alguien te socorrerá», manifestó al valorar la organización. «Para mí lo peor es el calor. Yo pondría la salida más temprano», propuso.
Juan Manuel Cortés es otro de los participantes veteranos de los 101 en Ronda: «No puedo decir cuántas veces he participado. Ya sé a los ritmos que tengo que ir... Todo dependerá de los competidores con los que me encuentre», comentó el marchador, que describió los 101 como una gran fiesta del atletismo de ultrafondo: «La preparación se lleva a cabo durante todo el año. La competición lleva mucho de mente. Es muy difícil hacer 100 kilómetros solo con musculatura. Para mí lo mejor son los ánimos que nos damos entre marchadores y ciclistas cuando nos cruzamos».
Pocos son los fallos, según estos participantes, entre los que figuran el precio de la inscripción y el pasaporte legionario que consideran obsoleto, y muchas las alabanzas hacia La Legión, que con su espíritu guía cada año a 7.000 valientes.
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