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NURIA TRIGUERO
Miércoles, 30 de abril 2014, 03:43
Convertir problemas en oportunidades de negocio; ésa es la misión de un emprendedor. Y si hay un problema candente a nivel global dentro del ámbito tecnológico es el de la seguridad en Internet. El caso 'Snowden' ha desatado la desconfianza de ciudadanos y empresas hacia el uso que hacen los Estados y las grandes corporaciones de los datos personales y eso, según aseguraron expertos y empresarios ayer en la XVI sesión plenaria del Club Málaga Valley, puede ser aprovechado por la ciudad en su pugna por convertirse en el 'Silicon Valley' europeo.
El creador de la empresa de seguridad digital suiza Wisekey, Carlos Moreira, destacó el potencial de Málaga de convertirse en el «punto de entrada del Internet del futuro», ya que en su opinión «los cables no van a pasar más por Miami, sino que van a ser redirigidos hacia el continente europeo, y España tiene posibilidades porque suscita confianza y tiene un idioma que es hablado por más de 500 millones de personas». Respecto a Málaga, está «muy bien posicionada a nivel geográfico, la voluntad política existe y las empresas de aquí cada vez tienen más innovación», expuso, por lo que «ya es cuestión de implementar este proyecto y que Málaga se convierta en ese 'hub' tecnológico del futuro».
La seguridad informática es uno de los sectores más emergentes a nivel mundial, que ya mueve unos 50.000 millones de dólares anuales y crece a un ritmo del 15% anual, según destacó el presidente del Club, Javier Cremades, que presidió la reunión celebrada en el teatro Echegaray junto al alcalde, Francisco de la Torre. Moreira animó a crear «una alternativa europea» a la hegemonía americana actual, ejercida tanto desde su Gobierno como por compañías como Google o Facebook. «Los datos personales se han convertido en la moneda de pago para esos servicios 'gratuitos'. Y si seguimos poniendo más y más información sensible sobre una estructura deficiente vamos directamente hacia el muro», afirmó. Moreira llegó a afirmar que la próxima «guerra mundial se librará en Internet» y citó como ejemplo el macroataque informático contra Estonia en 2007.
El presidente de Google, directamente aludido por las palabras de Moreira, no quiso polemizar con él «en público» pero reconoció que la información «que antes estaba en manos de unos pocos ahora está en manos de muchos» y eso «ha puesto en solfa a los Estados». «Yo no tengo una solución para eso», afirmó, incidiendo en que el próximo reto está en el 'Internet de las cosas'. «A ver cómo somos capaces de regular las relaciones entre cosas y personas, teniendo en cuenta que las cosas son cada vez más inteligentes», afirmó, poniendo como ejemplo el 'coche Google', que conduce solo.
En el foro participaron otras tres empresas dedicadas a la seguridad que se acaban de incorporar al Club -Delaware Consulting, Gunnebo y Parametric-, pero se echó de menos la participación de empresas malagueñas destacadas en el ámbito de la seguridad informática, como Hispasec, VirusTotal o Eleven Paths.
Tecnología militar
La relación entre defensa y tecnología fue la otra protagonista de esta reunión del Club Málaga Valley. El secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles, reconoció que la tecnología es hoy «la principal vía para alcanzar las capacidades estratégicas que nos hemos propuesto como país», una idea en la que incidió la directora general de Indra, Emma Fernández, que afirmó que la superioridad militar hoy día no está « en el número de barcos o aviones» sino «en el conocimiento». Argüelles incidió en la necesidad de que la I+D civil y militar «converjan» y se potencie la transferencia tecnológica con la Universidad y las empresas. La interoperabilidad de unidades, la integración del campo de batalla, la robótica, los aviones no tripulados y el 'targeting' son vías prioritarias para el avance tecnológico militar según él.
Los representantes de Indra y Navantia expusieron sendos casos de esa relación entre Ejército y empresa. El cofundador de la malagueña Aertec, Antonio Gómez-Guillamón, también identificó la defensa como un sector estratégico, con el avión de transporte militar de Airbus, los drones y el armamento guiado como principales líneas de negocio. Además, destacó la reciente creación del clúster aeronáutico malagueño, formado por más de una decena de empresas con intereses en el campo aeronáutico y militar.
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