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M. ÁNGELES GONZÁLEZ maguisado@diariosur.es
Viernes, 21 de marzo 2014, 04:25
Consciente de que están atravesando una situación económica «muy complicada», en varias ocasiones instó a los padres a que solicitasen las tres comidas para sus dos hijos en edad escolar. Sin embargo, ante la dejadez de los progenitores finalmente tuvo que llamar él a los Servicios Sociales comunitarios para que se pusieran en contacto con la familia y poder así garantizar que la del comedor escolar no fuese la única comida que hacían al día.
Lo cuenta el director de un colegio público de la capital, que se lamenta de que finalmente en este caso el recurso alimentario no llegó porque se pidió poco antes de que se cerrara el cupo de beneficiarios el pasado 3 de marzo y no se lo llegaron a conceder. Como este hay numerosos casos en los centros escolares de la provincia, según advierten algunos responsables consultados por este periódico, que alertan de que, por el desconocimiento o dejadez de sus padres, menores que realmente necesitan las bolsas de comida no las están recibiendo. Por ello plantean ahora que la Junta de Andalucía va a replantearse el sistema de ayudas que sería positivo que los directores de colegios, que son los que conocen de primera mano la situación de los alumnos y sus familias, pudieran proponer a la administración qué niños necesitan ayuda alimentaria para que después los profesionales de asuntos sociales se encargaran de realizar el análisis y la valoración pertinente para tomar una decisión.
De esta forma no sólo se aseguraría que las ayudas cumplen con su objetivo, sino que también se evitaría que las reciban quienes en realidad no las necesitan, como explican algunos responsables de colegios. «Hay padres a los que se les ha concedido el refuerzo por no tener ingresos pero tal vez trabajan y cobran en negro», señala el director de un colegio malagueño que afirma que en más de una ocasión los niños han tirado con desprecio a la basura la bolsa con la merienda o el desayuno o la han dejado abandonada en clase. Todos consideran que los alimentos que reciben a día de hoy 4.909 escolares en la provincia de Málaga son insuficientes en muchos casos para cubrir sus necesidades. De hecho, un director afirma que la bolsa con embutido, un bollo de pan y unas galletas es la cena de más de una familia entera sin recursos. Sin embargo, se muestran contrarios a que esta ayuda se sustituya o complemente con dinero porque puede que entonces no llegue a los menores: «Ha pasado en otras ocasiones, con becas que se daban para material escolar y los niños seguían viniendo a clase sin cuadernos ni lápices», recuerda el director de otro centro.
Sería más efectivo, según los responsables de los colegios, que se entregaran vales para canjear en supermercados con los que pudieran comprar productos de alimentación e higiene básicos para el niño. «Se nos está olvidando que un colegio es un lugar para venir a aprender y no para realizar labores sociales», apunta un director.
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