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IGNACIO LILLO ilillo@diariosur.es
Lunes, 24 de febrero 2014, 08:20
Bares y restaurantes que abren y cierran con apenas dos o tres meses de vida; negocios de siempre que cambian de ubicación o que se marchan. Este es el escenario en El Dorado del Centro, donde el turismo se ha convertido en el valor refugio de los inversores, y con ellos, se ha desatado la subida de precios en alquileres y traspasos. Los precios se han incrementado hasta un 50% en los últimos cinco años, con casos en los que se llegan a pedir 18.000 euros de renta mensual para un bar y hasta 1,5 millones por hacerse cargo de una sala de fiesta que ya esté funcionando, según datos del sector.
Los empresarios denuncian que las condiciones económicas que les imponen son insoportables y les obligan en muchos casos a echar el cierre. En la actualidad existen en el casco histórico unos 25 locales preparados para estos servicios que están vacíos y a la espera de inquilinos. A ello, se une otro factor, como es la saturación de negocios similares que se hacen la competencia por una clientela que, si bien ha crecido por el auge del turismo urbano en la capital y los cruceros, también ha reducido notablemente su consumo. No en vano, ya son casi 600 negocios, entre bares, restaurantes y discotecas, en un espacio muy reducido. Ello supone el triple que al comienzo de la recesión, y son habituales las reconversiones de tiendas para estos usos.
Con la ayuda de los empresarios, SUR ha trazado un mapa de la situación. Por lo general hay dos fórmulas de negociación: alquileres muy elevados con poco o ningún traspaso; o al contrario. También se diferencia entre zonas consolidadas y en expansión. Entre las primeras, a modo de ejemplo, en la plaza del Siglo se llegan a pedir hasta 18.000 euros mensuales; mientras que en la de la Constitución rondan los 9.000. En la zona de Juan de Padilla las cesiones de uso se cotizan a 300.000 euros; mientras que en la calle Granada se pide una entrada de 100.000 y hasta 5.000 por el alquiler. En la calle Santa María se manejan cifras similares. La plaza de la Merced tampoco se queda atrás, con traspasos por 160.000 euros.
En cambio, las vías menos concurridas o traseras y las que todavía están en desarrollo son algo más económicas. En la plaza de las Flores, como ejemplo, se pueden pedir unos 6.000 euros al mes, y lo mismo ocurre en los aledaños de la plaza de Uncibay. Mientras que en la calle Compañía, en el entorno del museo Thyssen, todavía rondan los 3.000. A ello, siempre hay que añadir las fuertes inversiones necesarias para acondicionar los locales, que van por término medio desde los 100.000 hasta los 300.000 euros.
Dinero de la construcción
¿Quién puede afrontar estas cifras? Se está produciendo la entrada de capitales procedentes de otros negocios, como la construcción, y de empresarios atraídos por el bullicio de las calles, con la promesa equivocada de fuertes facturaciones. «El sector realmente está sobreviviendo, la especulación con los locales se tiene que atemperar. Se cierran muchos bares porque no pueden pagar el alquiler». Así lo denuncia José Luis Ramos, presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería (Aehma), que conoce el problema de cerca. Según relata, hasta fechas recientes los precios se modulaban en función de la ubicación y el tamaño, pero la situación se ha desbordado. De hecho, pone de relieve que algunos propietarios ya se han visto obligados en fechas recientes a bajar después de meses a la espera de inquilino. «Hoy por hoy pagar más de 4.000 euros es un problema».
Se produce además un círculo vicioso, en la medida en que solo los bares se atreven a pagar esas sumas, lo que aleja a otro tipo de negocios, que abandonan el casco histórico. «Entre 9.000 y 15.000 euros al mes no es capaz de mantenerlo nadie, cuando precisamente se han bajado los precios de las copas y los márgenes. ¿Cuánto hay que vender para sacar algo neto? Es inviable», asegura. «Al que esté pensando en montar un negocio le diría que primero haga un pequeño estudio de viabilidad y de la posible rentabilidad, que no abra pensando que va a triunfar, y que pregunte en las asociaciones».
Obligados a trasladarse
El empresario José Simón, propietario del pub Morrissey's, ha vivido en primera persona todos estos efectos. Después de diez años en su sede de la plaza del Siglo, se cumplió su contrato de alquiler y de pagar casi 13.000 euros al mes pasaron a pedirle 18.000. A pesar de reconocer buenos rendimientos, no podía hacer frente a esa cifra. Por ello, está a punto de culminar el traslado y en los próximos días reabrirá en el local que ocupaba la bodega Las Garrafas, en la calle Méndez Núñez (junto a Uncibay), donde la cuota bajará a la tercera parte. «Esto sigue en la burbuja», exclama.
En cambio, los datos del Área de Comercio referidos a todo el distrito Centro (no solo la almendra) ponen de relieve que el año pasado todavía se producían más aperturas de tiendas que de bares. La concejala de Comercio, Ana Navarro, es consciente de que los precios se han disparado, animados por la tendencia creciente de la hostelería. «El Centro es una zona de turismo, que busca los servicios gastronómicos. Su presencia es más llamativa por las terrazas, pero no es cierto que la hostelería lo ocupe todo».
millones de euros se han llegado a pagar por el traspaso de una discoteca en funcionamiento, situada a pocos metros de la plaza de la Constitución.
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