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JUAN SOTO
Viernes, 7 de febrero 2014, 10:42
Si Picasso era o no carnavalero, nadie lo sabe. Lo que sí es cierto es que el genial artista malagueño se basó en las máscaras del carnaval para encontrar su identidad creativa. Así, al menos, lo explicó ayer el director del Museo Picasso, José Lebrero, durante la conferencia inaugural de la fiesta.
«Picasso baja a la calle y se vuelve grotesco, se ridiculiza, hace figuras deformes. Las máscaras y disfraces son herramientas de gran utilidad porque es en las calles y en las noches de carnaval donde nos dejamos llevar por nuestras vergüenzas», apuntó. Lebrero, que pronunció su conferencia en el Centro de Arte Contemporáneo en un acto organizado por el Aula de Cultura de Diario SUR, recordó que «los artistas encontraron claves en la calle que incluso molestaron a Napoleón, que prohibió los carnavales de Venecia».
El director de la pinacoteca sorprendió desde el primer momento. Con su título 'En mi casa soy el que parte el bacalao' se garantizó la atención de los asistentes. Por ello, lo primero que hizo fue explicar que ese título es copiado del inicio de un cuplé de la comparsa 'Los pioneros', de Alhaurín el Grande, que en 1994 «se acercaron con cariño y respeto a Picasso, y yo me dirijo a ustedes con ese mismo respeto y cariño», apuntó.
Analizó la obra de Picasso y de otros autores contemporáneos de su época con laproyección de numerosas imágenes. Entre otras, mostró 'El diván japonés', de 1901, de la que dijo que «Picasso bajó a la calle mirando las máscaras de la pobreza y el París subterráneo», las caricaturas realizadas entre 1899 y 1900 o varios autoretratos. «El artista que se mira al espejo y se sorprende puede olvidarse de sí mismo. El sujeto que se disfraza y juega con la máscara provoca cierta ausencia de sí mismo».
El presidente de la Fundación Ciudadana del Carnaval, Rafael Acejo, que presentó el evento, se congratuló de las declaraciones realizadas por Lebrero en la entrevista publicada ayer por SUR en la que dijo que «el carnaval pone nerviosos a algunos sectores cultos». Por ello, dijo que «los tiquismiquis de la cultura ven al carnaval como una fiesta alejada porque no se quieren acercar a ella; los que cantan en el teatro son poetas».
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