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IGNACIO LILLO ilillo@diariosur.es
Martes, 4 de febrero 2014, 13:53
El Ministerio de Fomento da un paso más que aleja la posibilidad de que el anillo de ensayos ferroviarios de alta velocidad previsto en la Vega de Antequera sea una realidad a medio plazo. El pasado sábado se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la resolución del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) por la que se anuncia el desistimiento de uno de los contratos necesarios para dotar de funcionalidad a las naves del Centro Integral de Servicios Ferroviarios (CISF) de Bobadilla.
Se trataba del suministro e instalación de la electrificación multitensión de las vías interiores de este recinto, una licitación que se abrió en junio de 2012, con un presupuesto de casi 600.000 euros, cofinanciados por los fondos Feder de la UE. El plazo de ejecución era de seis meses a partir de la adjudicación (por lo que tenía que haber estado operativa a mediados del año pasado). El objetivo de esta fase era dotar de energía eléctrica -en varias tensiones- a las vías de pruebas que se iban a habilitar dentro de los talleres para la investigación con los trenes.
A este respecto, fuentes de la entidad pública reconocieron ayer que esta licitación se había paralizado, a la espera de resolver qué ocurrirá finalmente con el proyecto del anillo. Cabe recordar que la ejecución del circuito, con una inversión prevista de 386,2 millones de euros, está condicionada por el resultado de la negociación con los posibles socios privados que estén interesados en impulsarlo e invertir. Al tiempo, desde Adif pusieron de relieve que se trata únicamente de un contrato específico para la electrificación de las vías interiores de las naves, por lo que no condiciona el resto de la infraestructura.
El futuro de las naves
La segunda incógnita es qué futuro le espera a las dos grandes estructuras contiguas ya construidas en el entorno de la estación de Bobadilla, y cuyas obras supusieron una inversión de 6,6 millones, más otros 3,5 millones para equipamientos (su entrega está paralizada también, a la espera de noticias). El recinto, ya terminado, tiene 220 metros de longitud y 19.140 metros cuadrados de superficie, con la previsión de albergar en la zona de taller un total de cuatro vías de tres hilos, tanto de ancho ibérico como internacional, con electrificación para pruebas (esta es precisamente la fase que se ha suspendido).
El CISF de Málaga se anunció como el embrión del anillo ferroviario, ya que serviría como laboratorio, para la experimentación y el estudio de los trenes de muy alta velocidad que saldrían a rodar por este. El conjunto permanece sin uso, ya que el haz de vías no está montado, lo que impide la entrada y salida de los convoyes. Existe vigilancia permanente en todo el recinto para evitar robos.
El Ministerio de Fomento autorizó a Adif el pasado verano para que licitara el contrato para la construcción y explotación durante 25 años, con la previsión de que se pusiera en servicio en 2016. Sin embargo, el concurso se quedó desierto, por discrepancias de las empresas sobre la carga de responsabilidad que se les exigía, y desde hace cinco meses representantes del Gobierno y de estas mantienen conversaciones para tratar de llegar a un acuerdo que permita volver a licitar o, como todo apunta, desistir del empeño.
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