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JUAN SOTO jjsoto@diariosur.es
Lunes, 3 de febrero 2014, 09:02
Las maragatas vuelven a bailarse en el Palo. El tradicional baile popular, prácticamente desaparecido en la provincia desde finales de los años 60, ha recuperado parte de su esplendor gracias a la romería de San Antón de El Palo. La fiesta celebrada ayer en el parque del Lagarillo Blanco, en la zona de Pinares, permitió desempolvar este folclore típico de los Montes de Málaga y de la Axarquía.
La romería de San Antón, que tuvo que suspenderse el pasado 19 de enero por la previsión de lluvias, también sirvió para concienciar a los asistentes sobre la necesidad de cuidar el medio ambiente. Y más al celebrarse en un paraje natural. Para ello, bajo el lema 'Por un barrio limpio', diferentes dinamizadores de Limasa impartieron talleres de reciclaje a los más pequeños y trataron de explicar las ventajas de tirar los residuos en los contenedores adecuados.
Torneo de petanca, juegos de la rana y degustaciones de paella, migas o callos completaron la agenda de una jornada soleada en la que participaron cientos de personas de una decena de colectivos de la zona este. La presidenta de la asociación de vecinos de El Palo, Mercedes Pirez, recordó que la romería se celebra de forma ininterrumpida desde el año 1981, y cada vez «con más público y gente joven».
De hecho, para fomentar la participación, el distrito había previsto que un autobús de la EMT desplazara hasta la zona de celebración a todos los interesados. Con salidas desde la calle Mar, los usuarios pudieron llegar hasta la parte más alta del monte San Antón para disfrutar de la jornada. «Se ha notado que la gente ha respondido, porque los autobuses han venido llenos», explicó la responsable vecinal.
Fernando Negro fue uno de los veteranos en esta celebración. Encargado de realizar la paella de la Peña El Palustre, afirmó que la celebración «va mejorando con el paso de los años». Sin parar de mover el arroz para que no se pegara, dijo que «la juventud se está sumando, y eso es siempre muy positivo». En tono jocoso, aseguró que era la primera vez que habían puesto un camión cisterna con agua. «No sé si será por la polémica del agua», ironizó.
Este vecino de El Palo, que lleva 48 años preparando platos para las celebraciones en las que participa la peña, aún recuerda cuando la romería se celebraba justo en la cima del monte. «Era un sitio más significativo, pero lo prohibieron por motivos de seguridad y ya llevamos bastantes años en la zona del Lagarillo Blanco». «Aquí -añadió- hay una de las mejores vistas de Málaga».
Encuentro cultural
En el polo opuesto se situó Magali Vargas, para quien la romería supuso su primera aproximación al folclore local. Natural de México, esta mujer acaba de asentarse en la capital y quiere empaparse de la cultura de este país. Explicó que su pareja es inglesa y han elegido Málaga como punto intermedio para vivir porque se encuentra a medio camino entre las costumbres de ambos países. «Me lo estoy pasando muy bien, porque este es un sitio muy bonito y se disfruta de la música y de un día en el campo».
En la celebración también participaron asociaciones de otros distritos. Fue el caso de los hermanos Siles, que se encargaron de preparar la gran paella del distrito. Ambos forman parte de Paelleros Sin Fronteras, un colectivo que surgió en Puerto de la Torre con la intención de recaudar fondos en los colegios. «Le he cogido el gusanillo y aún no hemos parado, cada vez tenemos objetivos más grandes», apuntó Alberto. «Nos lo pasamos bien y colaboramos con los amigos», resumió este participante.
Ana Domínguez fue de las primeras en degustar la paella. Y no dudó en reconocer que siempre acude a este tipo de actividades porque le gusta probar los platos típicos. Esta vecina de Carretera de Cádiz aseguró llegar atraída por el lugar de celebración. «Nunca había estado, pero unos amigos me habían hablado del Lagarillo Blanco y me he decidido a venir y no me arrepiento, porque las vistas son fantásticas». También alabó a la organización, ya que «las maragatas es un baile precioso que merece la pena conocer».
Tampoco se quisieron perder la romería las principales autoridades de la capital. El alcalde, Francisco de la Torre, por un lado; y la portavoz del PSOE, María Gámez, por otro, aprovecharon para saludar a los diferentes grupos de vecinos. El alcalde incluso fue un poco más allá y se atrevió a bailar las maragatas.
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