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JUAN SOTOjjsoto@diariosur.es
Lunes, 16 de diciembre 2013, 09:02
Los trabajadores de Limasa se echaron ayer a la calle en un intento de demostrar su fuerza a apenas cuatro días de la huelga. Los empleados de la empresa de limpieza recorrieron el Centro al grito de «el día 20 nos vemos en la calle». Y todo pese al clamor de empresarios, comerciantes y vecinos, que llevan semanas exigiendo la desconvocatoria del paro indefinido que comenzará la medianoche del jueves al viernes si nadie lo remedia.
Unas dos mil personas -según fuentes oficiales (la plantilla de fijos es de 1.200)- marcharon durante cerca de dos horas en un recorrido que comenzó en la plaza de la Merced y finalizó con una chorizada en el mismo punto. Durante la protesta, que fue seguida de cerca por numerosos agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, no se produjeron incidentes, a pesar de que muchos malagueños reprocharan en voz baja a los convocantes. Por las calles de la capital corearon consignas contra el Ayuntamiento y la empresa, y no se cansaron de recordar que ellos también se sienten malagueños.
Bajo el lema de 'No a los recortes para los trabajadores a cambio de beneficios para las empresas privadas', los manifestantes trataron de demostrar su unión exigiendo al alcalde una solución urgente. Al unísono gritaron: «ERTE a los privados, no a los currantes» o «nosotros sí queremos a los malagueños». Antes de comenzar la protesta, el presidente del comité de empresa, Manuel Belmonte, se defendió de las críticas al remarcar que ellos son «trabajadores normales, con sueldos de 1.200 ó 1.300 euros al mes». «Es una falacia que ganamos 3.000 euros al mes», añadió para tratar de ganarse el cariño de todos los malagueños.
Los manifestantes se recrearon especialmente a su paso por la calle Larios, en la que permanecieron casi una hora y en donde aprovecharon que había mucho público para proclamar consignas a favor de la ciudad. Aquí realizaron diferentes sentadas y bailaron al son de unos músicos callejeros. «Nosotros entendemos las movilizaciones de todos los colectivos, por lo que esperamos que nos entiendan a nosotros», decían algunos de los participantes. No se produjeron enfrentamientos y la policía apenas tuvo que intervenir en la marcha.
Esta movilización a apenas cuatro días del probable inicio de la huelga se produce pese al clamor de comerciantes, hosteleros, hoteleros y vecinos, que llevan varias semanas pidiendo a las partes un esfuerzo extra para desconvocar una huelga que se presupone letal para los intereses de la ciudad en plenas navidades. Tal es la preocupación que incluso los principales damnificados ya han comenzado a organizar un sistema alternativo de recogida de basuras ante un eventual paro indefinido.
Apelar a la cordura
El consejero de Turismo y Comercio, Rafael Rodríguez, ha sido el primero que ha apelado a «la cordura» entre las partes al considera el daño que haría un paro de estas características en una ciudad que recibe a miles de visitantes durante estas fechas. «Todo el mundo es consciente de que una huelga en el sector de la limpieza genera efectos complicados en un destino turístico», dijo el pasado viernes, aunque reconoció que este es «un derecho democrático y constitucional que todos los trabajadores pueden ejercer». Por ello, hizo «un llamamiento para que prime la cordura, los esfuerzos y el sentido común».
También se había manifestado en dichos términos el presidente de la asociación de comerciantes del Centro Histórico, Juan Pablo Maqueda, quien aseguró que se trataría de una huelga «cuyo daño es incalculable». «Aquí todos vivimos de lo mismo, porque en esta ciudad no fabricamos nada, así que pido a las partes que acerquen posturas», recalcó.
Pese a esta movilización ciudadana, el representante de los trabajadores, que encabezó la pancarta principal de la manifestación, consideró ayer que el Ayuntamiento «se está riendo» de los trabajadores «porque no son transparentes». Horas después de haber concluido la última reunión con el alcalde -el encuentro concluyó a las 3.00 del sábado al domingo y a las 11.00 estaba convocada la marcha-, Belmonte volvió a reiterar que «hay aspectos innegociables», como es la congelación.
Tras esta manifestación, trabajadores y empresa volverán a verse hoy las caras en la Inspección de Trabajo, en donde se estudiará el ERTE que comenzaría a aplicarse el próximo 1 de enero siempre que no haya acuerdo. Pese a todo, los trabajadores tienen ya una nueva fecha en mente: el próximo miércoles, cuando volverán a sentarse con el alcalde en un último intento de desbloquear el conflicto. Será, en palabras de Belmonte, «un encuentro con nocturnidad y alevosía».
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