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N. TRIGUERO
Miércoles, 11 de diciembre 2013, 02:36
Hace más de un mes que no trascienden novedades de la negociación del ajuste laboral en Unicaja. Y el motivo es bien simple: la entidad decidió parar las conversaciones formales con los sindicatos, parece ser que con el fin de que se enfriaran los ánimos. Eran momentos tensos, con la oferta por Banco CEISS en ciernes y malestar en la plantilla ante la dura propuesta de recorte que defendía la dirección. Pero eso no significa que la institución haya renunciado a su objetivo de ahorrarse el 20% de su gastos laborales en los próximos dos años. Sus portavoces dicen, de hecho, que este periodo sin reuniones de la mesa laboral no puede calificarse de «parón» porque se ha seguido «trabajando» en el ajuste. Ayer el presidente, Braulio Medel, reunió a los delegados sindicales para comunicarles que próximamente se reabrirá el cauce formal de negociación.
Según pudo confirmar este periódico, Medel insistió ayer en que el ajuste laboral es imprescindible, entre otros motivos porque el Banco de España presiona para que Unicaja no quede ajena a la reestructuración que está acometiendo toda la banca española. El presidente anunció que la nueva mesa de negociación del plan de ajuste partirá de una nueva propuesta por parte de la entidad, y en principio sin fecha tope para llegar a un acuerdo. En la anterior plataforma, que comenzó el 25 de septiembre, la entidad sí marcó un límite temporal: principios de diciembre. Sin embargo, después de varias reuniones y diferentes propuestas aportadas por ambas partes, a finales de octubre se paró el proceso negociador.
¿Cuál era la foto entonces? Los sindicatos habían perfilado una respuesta común ante la última propuesta de la entidad, basada en dos premisas: que hubiera un coste real cero para los empleados de Unicaja y que se consiguiera el objetivo de ahorro de costes laborales que la entidad persigue (el 20%). Entre las medidas que proponían figuraba una bajada temporal y reembolsable de sueldo del 3% que duraría dos años.
Hay que recordar que al comienzo de la negociación, la entidad apostó por un abanico de medidas de ajuste que no descartaba despidos forzosos. También propuso una bajada de sueldo progresiva del 0 al 6% para ingresos menores de 45.000 euros y del 6 al 9% para ingresos superiores. Después avanzó otra propuesta que ya no contemplaba desvinculaciones forzosas, sino solamente voluntarias (prejubilaciones, excedencias y bajas incentivadas); así como un recorte de sueldo bruto del 5% para todos sus empleados con reducción proporcional de jornada.
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