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ÁLVARO FRÍAS
Domingo, 17 de noviembre 2013, 10:46
La Formación Profesional (FP) estaba considerada como el refugio de los malos estudiantes durante años. Sin embargo, ahora está experimentando un crecimiento imparable, hasta el punto de que los alumnos que cursan esta modalidad se acercan ya a los más de 24.000 matriculados en Bachillerato este año. El carácter práctico de su formación, el mayor nivel de especialización o las buenas salidas al mercado laboral hacen que los jóvenes se fijen cada vez más en los grados medios o superiores. Las cifras de este curso académico corroboran esta tendencia al alza de los ciclos formativos frente a las carreras y el Bachillerato.
La diferencia en el incremento del total de alumnos matriculados en las distintas modalidades educativas durante los últimos años es una muestra clara de que la Formación Profesional lidera la carrera de la educación. Según datos de la Junta de Andalucía, el número de personas que cursan ciclos formativos ha crecido un 44 por ciento desde 2008, situándose en los 20.586 matriculados este curso. Esto supone un distanciamiento respecto a las otras opciones, como las carreras universitarias, en las que esta cifra solo creció un 0,5 por ciento en el mismo periodo, y el Bachillerato, que bajó un uno por ciento.
Esta nueva hegemonía en el crecimiento de la FP no es una novedad en el resto de Europa. La coordinadora del área de Orientación Vocacional y Profesional de la Delegación de Educación en Málaga, Araceli Suárez, indica que en Francia y Alemania este tipo de formación lleva años siendo un éxito entre los alumnos. En la provincia, Suárez insiste en que los ciclos formativos se han impuesto a sus competidores: «Ahora se ve con mejores ojos y alrededor de un 60 por ciento del alumnado pide antes FP que Bachillerato». El director del IES Universidad Laboral también aprecia esta tendencia. En su centro, asegura que, entre un 10 y un 15% de estudiantes que hay en Bachillerato, tenían como primera opción entrar en un ciclo formativo.
Más oferta
Una de las claves que explica esta evolución es el aumento y la diversificación de la oferta de los ciclos formativos, que los hacen más atractivos. La Consejería de Educación Cultura y Deporte dispone de una amplia variedad en este tipo de enseñanzas en la provincia de Málaga. En concreto se pueden cursar 37 títulos de grado medio correspondientes a 19 familias profesionales y 47 de grado superior pertenecientes a 17 conjuntos. Ahora, los interesados pueden tocar aspectos que van desde la calderería y la soldadura, hasta la dirección de cocina, pasando por otros ámbitos como los laboratorios y el análisis de control. Incluso algunos de ellos son bilingües.
Además, la buena salida al mercado laboral que otorga la FP también se posiciona como una clave. En este sentido, la coordinadora expone que el alto grado de especialización, la gran preparación práctica y el menor coste para un empresario a la hora de contratar a un técnico que a un experto universitario hacen que los alumnos de los ciclos formativos encuentren trabajo antes que los licenciados y doctorados.
Suárez afirma que estos son algunos de los aspectos que han hecho que la FP haya perdido «de golpe el desprestigio que ha tenido durante muchos años». El nivel de solicitudes ha alcanzado tal amplitud que la oferta de ciclos formativos en la provincia no puede hacer frente a la demanda, que se ha disparado en áreas como la de hostelería.
Ejemplo de ello es lo que ha sucedido este curso en el IES Rosaleda. Su director, Fernando Rosas, señala que han recibido una avalancha de solicitudes para estudiar grados de FP, llegándose a alcanzar las 600 peticiones para obtener una de las 30 plazas que tenían para técnico en Animación de Actividades Deportivas.
Aludiendo a datos de la Junta de Andalucía, desde CC OO aseguran que más de 7.000 alumnos se han quedado sin poder cursar un curso de FP este año. Desde Educación tachan este dato de desproporcionado, aunque admiten que no son capaces de absorber la demanda que tienen para este tipo de educación.
El perfil
Entre aquellos que han tenido la suerte de poder acceder a la FP el perfil es muy dispar. Suárez señala que aún hay muchos jóvenes que comienzan su formación mediante estos cursos, pero que va en aumento el número de universitarios que no encuentran trabajo tras sus estudios y deciden realizar un grado.
La crisis económica también ha ayudado a que se produzca un cambio entre los estudiantes. La coordinadora de la Junta explica que hay muchas personas que han estado trabajando durante toda su vida y que ahora se encuentran en el paro. Por ello, han decidido retomar los estudios que abandonaron o reciclarse profesionalmente mediante la Formación Profesional.
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