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REGINA SOTORRÍO En Twitter: @ReginaSotorrio
Domingo, 20 de octubre 2013, 03:47
Es la eterna contradicción de la música en vivo en Málaga: hay muy buenos grupos para muy pocos escenarios. Ninguno, de hecho, en el centro de la ciudad con un aforo medio y una agenda estable de bandas independientes con repertorio propio. Hasta ahora. Un colectivo de bares de música alternativa -Velvet Club, Trifásico, Drunk-O-Rama y Nómadas, entre otros- se alían para sacar adelante una sala de conciertos en pleno centro de la capital con capacidad para 180 personas y totalmente acondicionada. En noviembre abrirá en calle Comedias el nuevo Velvet Club, una ampliación del local que desde hace una década programa actuaciones en la calle Juan de Padilla.
«Hacía falta un espacio así», defiende Juan Diego Altamirano, propietario del antiguo Velvet y cabeza visible del nuevo (ubicado en lo que fuera Radio Race, Coyote y La Pocha). A su correo electrónico entran cada día «decenas de peticiones» de grupos de todo el país que buscan en Málaga un recinto de esas características para tocar sus canciones. «Hoy día cuesta movilizar a 600 personas para ver un concierto. El 80% de los grupos reúnen a unas 200», analiza Altamirano.
La programación de la sala será «alternativa y ecléctica», abierta a todos los estilos musicales y a cualquier manifestación artística. Desde teatro a monólogos, pasando por presentaciones de libros. Los siete días de la semana. Supone una «profesionalización» de lo que ya venía haciendo el pequeño Velvet, el 'templo musical' de los grupos malagueños -que copaban más del 60% de la agenda- y de muchos de fuera que volvían una y otra vez agradecidos de que ahí les dieran una oportunidad antes de ser quienes ahora son. Por su escenario pasaron Anni B Sweet, DePedro, Julián Maeso, Maga, Guadalupe Plata, Autumn Comets, El Koala, Hablando en Plata, Elphomega... y un largo etcétera. Entre los primeros en pisar las nuevas tablas estarán Arizona Baby (15 de noviembre), los malagueños Puño Americano (28 de noviembre) y Autumn Comets (21 de diciembre).
Evolución natural
La actividad, no obstante, se mantendrá en el Velvet original, un lugar que servirá a los grupos como primer escalón antes de dar el salto al local de calle Comedias o a salas de conciertos de las afueras. Es la evolución natural de las formaciones musicales, que hasta ahora en Málaga tenían que saltarse un peldaño. «Esto abrirá culturalmente la ciudad y supondrá un cambio de tendencia», afirma Álvaro Menéndez, uno de los socios del nuevo proyecto junto a Altamirano.
El nuevo recinto -con licencia de sala de fiesta y discoteca- triplica el aforo del anterior: 180 personas frente a las 60. Y además, «dignifica» la propuesta escénica, en palabras del programador Alberto Jiménez, que tomará las riendas de la agenda. Se trata de un establecimiento completamente diseñado para ser sala de conciertos, con un escenario amplio, buena visibilidad desde todos los puntos y lo último en iluminación y sonido. Estos días ultima una profunda reforma para ajustarse a la normativa en materia de insonorización.
«Todo es un conjunto: hay que tener buena música pero además hay que empaquetarla bien», indica Jiménez, precursor de La Cripta, aquella experiencia piloto de actuaciones en vivo en la antigua bodega del instituto Gaona. Él es uno de los nombres del equipo humano que dará vida al nuevo Velvet. «Hay un enorme potencial», señala Altamirano. Del sonido se encargará Gonzalo Presa, guitarrista de la banda Kermit; mientras que el diseño y la decoración del espacio corresponden a Miguel Seguí, del estudio Emealcubo. Él apuesta por materiales como el cemento, la madera y las planchas de acero. Para la programación seguirán contando con la colaboración del Colectivo Canela -organizadores del Canela Party- y nombres internacionales continuarán diseñando el arte de los carteles. Ya lo han hecho Monstark Studios (L. A., California), Pedro Lourenco (Portugal), David Heofs (Madrid), Dave Hanson (San Diego, California), Jordin Isip (New York) o el malagueño Sergio Moreno.
Pero algo más se mueve en la escena alternativa malagueña. La apertura de la nueva Velvet coincide con el traslado del Drunk-O-Rama al antiguo Trifásico, en calle Lazcano. Y este último, por su parte, cambia a calle Comedias. El objetivo es acercar físicamente locales muy próximos ya en el perfil de sus públicos. Ya se sabe: la unión hace la fuerza.
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