Grandes ideas en pequeñas dosis

El doctor Norberto González de Vega es un eminente cirujano cardiovascular. Con poco que demostrar ya a estas alturas a pie de quirófano, la jardinería, para él, es otro cantar (y plantar). Tiene dudas sobre si los piñones que guarda como oro en paño en su casa agarrarían mejor en la tierra con corteza o sin ella. Por eso le pregunta con sincero interés a Christophe Pouplard, artista jardinero natural de Francia pero asentado en Málaga que resuelve su duda de forma inmediata. Sentado entre ambos, Patrick Suárez, de la Clínica de la Bicicleta, juguetea con los modelos en tres dimensiones que acaba de poner sobre la mesa José Gémez.

Este último es el alma del proyecto Makealo Impresión 3D y orgulloso autor del único diseño de impresora en 3D que se hace en Málaga. «Dentro de poco todos podremos ser diseñadores y fabricantes en un mundo globalizado», advierte a sus compañeros de tertulia. José Ojeda, arquitecto e impulsor de la idea 'La pared en proceso', lo escucha con atención. Quién sabe, seguramente esa forma de trabajar se imponga a corto plazo en estudios como el suyo gracias a la extraordinaria calidad de las maquetas que reproduce. En este improvisado intercambio de ideas, todos acaban ganando algo. Algún consejo, algún truco, una revelación quizás. Y eso lo consigue la marca PechaKucha, que celebra el viernes su séptima convocatoria en el marco de la Semana de la Arquitectura. SUR, que es medio colaborador en este encuentro, reunió ayer a los doce ponentes en una cita cargada de chispa y buenas ideas.

Entre ellos y sus especialidades apenas hay puntos en común. Desde un creativo a un arquitecto, desde un actor a un jardinero o de un poeta a un médico, todos coinciden sin embargo en el afán de compartir el conocimiento de sus ámbitos profesionales y vitales con el resto. «Además, este intercambio de conocimiento debe ser altruista, es decir, aquí nadie viene a venderse ni a vender un producto», añaden Alfonso Fiz (Living Indie) y Damián López (Le Blume), los impulsores en la capital de un formato que nació en Japón en 2003 y que ya suma más de 600 licencias en todo el mundo.

Como si fuera una franquicia frente a cuyos requisitos hay que responder, el PechaKucha Night se ha convertido en un punto de encuentro diverso y efervescente en el que la docena de ponentes juegan un papel fundamental. Cada uno de ellos cuenta con seis minutos y cuarenta segundos para exponer su proyecto, su afición o su historia; y lo hace a través de imágenes que se proyectan durante veinte segundos cada una.

Agilidad y talento

La agilidad en el mensaje y el apoyo audiovisual son, en este sentido, las dos marcas de la casa del PechaKucha. También el talento de los invitados, que en estos días andan ultimando los detalles de unas intervenciones que tendrán lugar en un escenario de altura. Nunca mejor dicho: la cita es el viernes en la plaza del Pericón, a los pies de su jardín vertical, un lugar que sin duda le parecerá mágico a Christophe Pouplard. También al resto de los participantes: el actor Pablo López, de Mimetic Teatrogestual; el arquitecto Luis Ruiz, que dibuja el mundo dibujo a dibujo de la mano del proyecto Urban Scketchers; el pintor Adrián Olivares y el poeta Christian Alcaraz, que suman cultura desde Cienfuegos; la emprendedora Cristina Gómez con el proyecto colectivo de reivindicación de lo artesanal Foolk-Explore the Making; Alejandro Lévar, vinculado a Málaga es-fervescente pero sobre el escenario para rendir homenaje al propio PechaKucha; el arquitecto y fotógrafo Pablo Díaz-Fierros, y el cincuenta por ciento de la banda FEO con el documentalista de su proyecto cierran la heterogénea lista de perfiles que desde ya forman parte de la «familia PechaKucha». Grandes ideas en pequeñas dosis. Ahí está su valor.