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EFE
Viernes, 22 de febrero 2013, 22:14
El exjugador del Málaga Salva Ballesta, elegido por Abel Resino para acompañarlo en su nueva aventura en el Celta de Vigo, que destituyó ayer a Paco Herrera, no fichará finalmente por el equipo gallego porque, según ha explicado el ex internacional español, un grupo de aficionados del Celta no le querían por temas políticos. «...Y el club les ha hecho caso», apostilló.
«Es una pena que en los tiempos en los que estamos se confunda la política con el deporte. Nunca me he referido a la política, sólo he dicho siempre que me siento muy español», denunció. «Ya había salido de Málaga en dirección a Vigo. Iba por Madrid y me ha llamado el presidente del Celta -Carlos Mouriño- para decirme que no iba a poder ser», añadió el maño.
El exdelantero del Racing, Málaga o Atlético de Madrid, entre otros clubes, y que llegó a ganar el Trofeo Pichichi, había generado un fuerte rechazo entre un sector de la afición del Celta, especialmente el grupo ultra Celtarras, por su ideología política. En cuanto se supo de su llegada como ayudante de Resino, aficionados del equipo vigués expresaron su rechazo en las redes sociales a su contratación, tildando a Ballesta de «facha», «fascista» e incluso «nazi».
Preguntado por si se sentía decepcionado con Abel por aceptar por su cuenta la oferta del Celta, Salva respondió: «Respeto su decisión, pero yo no hubiera firmado si me dicen que no puedo llevar a mi segundo. Mi equipo deportivo técnico va conmigo y se cae conmigo».
Por su parte, desde el Celta no se ha querido valorar el veto al que podría haber sido sometido el segundo entrenador de Abel. «Nosotros sólo hablamos de los trabajadores del club», dijo una fuente.
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