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SELENE VEGA
Viernes, 11 de enero 2013, 02:24
Un simple vistazo a la desembocadura del río Guadalmansa basta para notar el valor ecológico que tiene. No obstante, en un estudio se ha querido profundizar en las características de este entorno para ponerlo en valor, advertir de los peligros que corre, y conocer qué se podría hacer para conservarlo. Este periódico ha podido acceder al documento que recoge todo ello: la memoria técnica de una iniciativa con la que se incluyó esta zona en el programa Cordón Verde Litoral el mes pasado.
La actuación fue promovida por el Aula del Mar de Málaga y el Ayuntamiento de Estepona, y contó con la participación de 50 alumnos del instituto Mediterráneo. En ella se limpiaron unos 35.000 metros cuadrados, se señalizaron los espacios de interés ecológico y se eliminaron especies de flora invasora.
Entre las conclusiones del estudio se expone que el área natural tiene una gran riqueza ecológica, pero que está rodeado por zonas urbanizadas «que suponen un factor de riesgo considerable para la conservación del entorno».
Además, se observa que las especies vegetales autóctonas localizadas en la ribera del río se mezclan con diferentes especies exóticas que en algunos casos colonizan las zonas libres y limitan el crecimiento y la proliferación de otras especies. Para solucionar este problema, se recomienda «la eliminación de especies invasoras en la zona de inicio de las dunas y la posterior reforestación».
También se recoge que en el rebalaje hay una gran cantidad de restos orgánicos de especies marinas como algas rojas, cangrejos y erizos y estrellas de mar. Así, se explica que esto da una idea de la abundante biodiversidad de los ecosistemas marinos y el buen estado de conservación de los mismos. Esta impresión además fue contrastada con datos obtenidos en análisis de aguas que se practicaron en el lugar.
Objetivos cumplidos
Al parecer, se cumplieron los objetivos de la iniciativa. «Al realizar el itinerario didáctico-ambiental se ha conseguido aumentar la proporción de especies autóctonas de la zona, eliminar un factor de invasión considerable, restaurar parte de los ecosistemas tratados y aumentar el interés de los participantes asistentes a la jornada en los detalles que pueden suponer la conservación de un entorno tan relevante a nivel ambiental», concluye el informe.
Los responsables del proyecto destacan que los participantes propusieron que se hagan un «seguimiento de la zona» y «acciones regulares programadas para informar a los turistas y pobladores cercanos sobre las diferentes especies invasoras, la importancia de la conservación de las especies autóctonas, y las acciones para el mantenimiento, conservación y mejora constante de este paraje».
Durante la actividad se recogieron residuos que sumaron un volumen de 2.700 litros. Tres cuartas partes de ellos eran orgánicos y se encontraban en una zona de una duna. Los inorgánicos y los envases estaban en la orilla.
Entre las especies de flora exótica identificadas destacan palmeras, eucaliptos, cañas y la 'Carpobrotus edulis', conocida como Uña de gato.
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