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SELENE VEGA
Martes, 11 de diciembre 2012, 02:26
Los voluntarios de Cruz Roja de Estepona son testigos a diario de la realidad de algunas personas que llegan a sus oficinas porque no tienen nada. Hay vecinos que no pasan de largo cuando las ven en las calles; se detienen y las llevan a este lugar. La presidenta de la organización, Maruja Carretero, no tuvo ayer que pensar demasiado para encontrar un ejemplo de un héroe anónimo. «El viernes pasado vino un señor extranjero que había encontrado a un matrimonio con una niña; estaban pidiendo en la calle y vino a ver lo que había», expuso. Cruz Roja les pudo ofrecer una ducha, ropa y entrar en los repartos de comida, porque los fondos económicos destinados a ayudas de la sede se han agotado para este año. A lo largo de este 2012 la organización ha pagado facturas a familias que lo necesitaban por valor de 3.000 euros, la mitad que el año pasado.
Carretero explicó que estos fondos son adjudicados desde la institución provincial, y que este año no había tanto dinero, por lo que se ha podido ayudar a menos personas. «El año pasado la economía estaba mejor», resumió. Con todo, han sido 30 los hogares que han recibido oxígeno económico para hacer frente a recibos de luz, agua, a algún alquiler, a la compra de medicamentos, e incluso a la de algunos alimentos.
Una bombona
«De aquí mismo, de Estepona, vienen personas que están muy mal; toda la familia está en paro, tienen niños y no han podido pagar sus hipotecas», observó Carretero que, consciente de la situación, no ha dudado en poner dinero de su bolsillo para ayudar a los necesitados a comprar, por ejemplo, una bombona de butano para que se puedan duchar en sus casas con agua caliente.
«No podemos hacer más de lo que hacemos; estamos bien pero no tenemos mucho», especificó, a la par que agregó: «ducha y ropa sí les podemos ofrecer, pero económicamente no podemos ayudar». A diario llegan personas a sus dependencias de la calle Dos de Mayo -en la barriada Solís- para preguntar por las ayudas económicas. Las empezaron a dar en marzo y se agotaron en septiembre. «Si no tenemos, pues no se les puede socorrer», concluyó la presidenta de Cruz Roja en Estepona, que recordó que los fondos llegan de manera anual.
Los voluntarios atienden en esta ciudad a 500 familias. «Hay gente de Europa del Este, marroquíes, de América del Sur ya quedan menos y, ahora, muchos de Estepona», explicó Carretero. Mientras hablaba llegó a la sede esteponera de Cruz Roja una mujer cargada con bolsas de ropa. «Recogemos ropa, y también juguetes; los seleccionamos y los martes los damos», señaló la presidenta local de la institución. A finales del mes pasado la organización también repartió 5.900 kilogramos de alimentos en una de las tres donaciones que han podido hacer este año, una menos que el anterior.
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