Luz verde a que 'El novio de la muerte' se cante en la iglesia de Santo Domingo

Los congregantes de Mena podrán seguir cantando 'El novio de la muerte' en el interior de la iglesia de Santo Domingo. La prohibición en ese sentido hecha por el párroco del templo, Juan Manuel Parra, no se aplicará. El problema se solucionó ayer tras una reunión mantenida por el vicario general de la diócesis de Málaga, José Ferrary, y el hermano mayor de la Congregación de Mena, Antonio González. La entrevista se desarrolló en un tono cordial y hubo entendimiento entre las partes.

El resultado es que Mena recibió luz verde para la interpretación de 'El novio de la muerte' en el interior del templo. Asimismo, la congregación podrá celebrar en Semana Santa, sin ninguna traba, la guardia que los legionarios hacen al Cristo de la Buena Muerte en su capilla, como es tradicional.

La congregación difundió una nota ayer tarde en la que indicaba: «Una vez salvados los malentendidos entre el párroco de Santo Domingo y esta congregación, no existe ningún obstáculo para que en el futuro siga cantándose el 'Novio de la muerte' a nuestro sagrado titular tras la finalización de los actos de culto, como ha venido realizándose durante los últimos noventa años».

Zanjar la polémica

La nota negaba que hubiese enfrentamientos entre los cofrades y el párroco de Santo Domingo. «La relación con el párroco y director espiritual, Juan Manuel Parra López, ha sido excelente desde su llegada a la parroquia y así seguirá siendo en el futuro», se afirmaba. El comunicado concluía diciendo que «la congregación espera que esto sirva para aclarar la polémica suscitada en los últimos días y da por zanjada toda cuestión al respecto».

El problema surgió el pasado domingo, en la celebración del triduo, cuando el sacerdote dijo que no era partidario de que se cantase 'El novio de la muerte', por no ser un canto litúrgico. Ante la prohibición del sacerdote, los congregantes decidieron no interpretar 'El novio de la muerte' para obedecerle. No obstante, la decisión de Juan Manuel Parra molestó a mucho congregantes, que no compartían el punto de vista del párroco y consideraban que cantar 'El novio de la muerte' era procedente y una arraigada tradición.