Estepona: pasarela Ferrari

«La Visa lo aguanta todo», bromeó ayer el propietario de un Ferrari en el puerto deportivo de Estepona. Su tarjeta de crédito le ha permitido adquirir uno de estos coches de alta gama y, además, mantenerlo. Su vehículo era uno más de la docena que desfiló por Estepona. Los amantes del motor del Ferrari Club España eligieron la ciudad como pasarela y la atravesaron ante la curiosidad de los ciudadanos.

En la concentración había coches de último modelo, entre ellos un FF que sirvió esta misma semana para el rodaje de la última película de Brad Pitt. El coche más caro de los que se observaron cuesta más de 420.000 euros. «Nuestros últimos modelos se venden con siete años de mantenimiento incluido en el precio del coche, por lo que el propietario solo tiene que pagar neumáticos y frenos según los vaya gastando», manifestó el presidente del Ferrari Club España, Gumersindo Tito Arias, para tranquilidad de los bolsillos pudientes que estén pensando en adquirir un ejemplar así.

Los dueños de estos vehículos entienden que al comprarlos asumen una forma de vida. «Ferrari es, ante todo, un sueño; en este mundo siempre digo que están el automóvil y el Ferrari, porque son cosas diferentes», expresó Tito Arias.

Asimismo, explicó que habían elegido Estepona para este evento porque el club tiene muchos clientes y socios en la ciudad. Fue una de las tres concentraciones que tienen previsto hacer este año en Andalucía, y los coches no pasaron desapercibido para los ciudadanos. «Me dicen: ¡dale gas, gas!», indicó el presidente del club sobre los comentarios que suele generar cuando conduce por la calle su vehículo. Lo hizo tras regalar al Consistorio una gorra de la marca firmada por los pilotos de Fórmula 1 de la escudería Ferrari, Fernando Alonso y Felipe Massa.

El dueño de otro de los choches, Néstor Martín, dijo que había conducido 20 Ferraris y recordó una anécdota sobre el primero: «al comprar el Ferrari encendí un puro y el vendedor me lo prohibió». Otro de los socios del club y vecino de Estepona, Gonzalo Marruenda, indicó: «siempre hemos tenido pasión por el automóvil en la familia, y para mí ha sido la máxima satisfacción el poder disponer de un vehículo de la marca». Por último, los socios se fueron a visitar los museos municipales y establecimientos de ocio.

«Al comprar el Ferrari encendí un puro y el vendedor me lo prohibió»

«Están el automóvil y el Ferrari, porque son cosas diferentes»

«Siempre hemos tenido pasión por el automóvil en la familia»