El recuerdo de Antonio

«Un contador de historias que conseguían atravesar el cerebro y llegar al corazón». Son algunas de las cariñosas palabras que vertieron ayer familiares y amigos del periodista Antonio Guerrero Troyano, exconsejero de SUR y exdirector de 'El Correo', fallecido en junio de 2011 y natural de Teba, en un emotivo acto celebrado en el Salón de Plenos el Ayuntamiento de su localidad natal. La Corporación acordó por unanimidad dar su nombre al paseo que conduce al Castillo de la Estrella. Así, bajo una placa en la que se puede leer 'Paseo periodista Antonio Guerrero Troyano', el recuerdo de éste perdurará en el tiempo y quedará ligado a uno de los lugares más emblemáticos del municipio que los tebeños guardan como su mejor tesoro por sus magníficas vistas. Ante un numeroso público se descubrió la placa después de que también se colocara otra en la fachada de la que fue la casa natal -en la calle Moral número 1- del que consiguió ser el redactor jefe de un periódico más joven de España, con 23 años.

Antes, en el Consistorio, el Cronista Oficial de la Villa, Antonio García, recorrió de forma brillante la biografía de Antonio Guerrero: «Fue maestro de periodistas, tenía el don de la escritura sinfónica, decía que si su corazón alguna vez olvidaba a Teba solo sería porque se habría quedado sin cuerda». A continuación, los distintos portavoces municipales, de PSOE, IU-LV-CA, PP y una edil no adscrita, intervinieron en el acto junto con la alcaldesa María Isabel Garnica (PSOE).

La periodista Lourdes Maldonado, nuera de Antonio Guerrero, presentó un audiovisual con fotos del homenajeado, nombrado Hijo Predilecto: «Este trabajo resume los tres grandes titulares de su vida: familia, trabajo y Teba». Y añadió: «Se nos fue pronto y rápido, quizás por la prisa de reunirse con su esposa, María Jesús».

Un tebeño universal

El broche de oro al reconocimiento a Antonio lo puso su hija, Marisa, en nombre de sus dos hermanos, José y Ana, y el resto de la familia: «Tú, papá, vivirás como mamá en el corazón de todos nosotros y también en el corazón de Teba con el nombramiento del paseo que lleva hasta El Castillo de la Estrella, era un tebeño de los pies a la cabeza». Y es que como contó su amigo del pueblo, Carlos Martín, Antonio «contaba en Bilbao cosas de Teba y la gente le decía que era imposible que existiera un pueblo así de lo exagerado que era».