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SELENE VEGA
Jueves, 27 de septiembre 2012, 03:38
«No se puede pasar», dijo un agente de la Guardia Civil ayer a múltiples turistas y paseantes en la lonja de Estepona. Los ciudadanos se daban la vuelta extrañados sin saber que el efectivo velaba por su seguridad. En el lugar, la Armada manipulaba una bomba que, de haber explotado, hubiese arrasado con un radio de unos 100 metros, destruyendo todo el recinto, según fuentes consultadas. Un barco pesquero de arrastre con base en el puerto de Estepona llamado Nuevo León había atrapado el proyectil el día anterior en sus redes, cuando faenaba. Según las fuentes, parecía una bomba anterior a la Segunda Guerra Mundial usada en la aviación, aunque su origen se tendrá que estudiar en profundidad.
El artefacto apareció a unas cuatro millas de la playa de Punta Chullera y estaba muy oxidado. Pesaba unos 200 kilogramos y tenía unos 110 centímetros de longitud y 35 de diámetro, según indicaron fuentes de la Armada.
El patrón del barco que lo halló, Pedro Hernández, aseguró que no se percató de su presencia hasta que lo descubrió enterrado entre las toneladas de pescado que descargó en el navío a las 16.45 horas del martes, tras casi cinco horas faenando. Así, se encontró con una bomba en la popa. Entonces alertó del suceso a la Guardia Civil y se inició un gran protocolo de seguridad. Dos agentes custodiaron la bomba toda la noche en la lonja de Estepona hasta que, en la mañana de ayer, llegaron más agentes, personal de la patrulla fiscal de Estepona y de la compañía de Marbella, Técnicos en Desactivación de Explosivos de Málaga, y artificieros de la Armada procedentes de Cádiz.
El proceso
La Guardia Civil procedió a desalojar la lonja, el varadero y la fábrica de hielo. El momento de mayor peligro fue cuando los efectivos cogieron la bomba con una grúa, sobre las 13.30 horas. La Armada se dispuso a llevar el proyectil a una milla de la playa de El Cristo, en coordinación con la Comandancia Naval de Málaga, con un remolque flotante y mediante embarcaciones ligeras.
En este lugar se estableció un perímetro de seguridad con el apoyo del Servicio Marítimo de la Guardia Civil y la hundieron de nuevo para que el Equipo de Desactivación de Explosivos de la Unidad de Buceo de la Armada de Cádiz la desactivara con mayor seguridad.
Según las fuentes, no hubo que explosionarla y fue desactivada a las 14.45 horas. En concreto, se neutralizó la espoleta, el mecanismo que inicia la explosión en este tipo de artefactos. La Armada precisó que se aplicó el protocolo medioambiental establecido para minimizar los daños en la flora y fauna de la zona.
Unidades de Buceo
Las Unidades de Buceo de la Armada cuentan con personal especialista en desactivación de artefactos explosivos submarinos, el único capacitado para realizar este tipo de tareas. Es por eso que la Armada tiene la competencia exclusiva de este tipo de actividades.
Los restos de la bomba se sacaron del agua y quedaron bajo custodia de la Armada, que los estudiará. Las fuentes especificaron que otra hipótesis que se baraja sobre su origen es que no fuese tan antigua, sino moderna, y que hubiese perdido alguna parte y que por eso presentase un aspecto tan oxidado.
Según la Guardia Civil, estos hallazgos no son habituales, aunque acontecen periódicamente. Hasta el lugar de los hechos también se desplazó una representación de la Capitanía Marítima de Estepona y una ambulancia que, según la Guardia Civil, siempre está presente en casos como éste por si fuese necesaria.
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