Los reflejos del miedo

De la reflexión sobre el más común de los temores humanos ha obtenido la artista Rocío Verdejo (Granada, 1982) una extraordinaria serie de imágenes que reflejan su propio miedo al final de la vida. Ocho fotografías -aunque por su composición detallista están más cerca de ser 'cuadros fotográficos'- que se exponen desde ayer y hasta el próximo 17 de febrero en el Museo del Patrimonio Municipal de Málaga (MUPAM).

Las imágenes que presenta Verdejo están llenas de pequeños detalles y en ellas se mezclan objetos y mobiliario de época con artilugios más modernos que impiden al visitante situarse en un tiempo o lugar concretos. No es necesario en 'Las matemáticas de Dios no son exactas'. Lo importante son las situaciones que viven los personajes de cada foto, a menudo cotidianas, pero siempre salpicadas por algún detalle macabro.

Una pareja de recién casados que sale de la iglesia rodeada de familiares que lloran el cercano fallecimiento de la novia, una mujer que entra a su casa con varias bolsas de la compra y las cenizas de su marido o una merienda familiar en la que el padre ya es cadáver son algunas de las escenas que compone Rocío Verdejo. «Mediante estas situaciones extremas trato de reflejar la relación entre la vida y la muerte, las dudas y los miedos que nos genera no saber si hay algo más allá y que componen estas escenas que incluso pueden llegar a ser algo cómicas», afirma la artista granadina, que estudió en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga.

Verdejo extrajo el título de su nueva serie de imágenes de una afirmación del realizador e inventor granadino José Val del Omar. Con 'Las matemáticas de Dios no son exactas', la joven artista quiere compartir la idea de que «la muerte es algo para lo que no estamos preparados en ningún caso, pues siempre tememos que la promesa de la vida eterna no sea cierta». Verdejo, que comenzó en el mundo de la fotografía en el año 2000, explica que su método de trabajo la convierte en una «directora» que va marcando el camino de sus creaciones. «Trabajo con un equipo de gente bastante grande: peluqueros, maquilladores, encargados de vestuario, iluminación, etc.», afirma la artista, que al mismo tiempo confiesa ser una enamorada de la imagen que recurre a la fotografía como alternativa a la pintura.

La muestra, que se inauguró ayer y está comisariada por Tecla Lumbreras, no es la primera Rocío Verdejo. A pesar de su juventud suma ya un buen número de exposiciones colectivas e individuales -como la exitosa serie 'Quietud'- y varios premios a nivel nacional. Ayer estrenaba su última serie fotográfica, pero ya se encuentra trabajando en nuevos proyectos artísticos.