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Del Campo, en presencia de Manuel Sánchez Benedito, recibe de Rosa Vera un diploma de la Fundación Musical de Málaga. :: Patricia Merchán
Una vida «a las órdenes de la música»
CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Una vida «a las órdenes de la música»

La institución ofrece en el Cervantes una completa muestra de los proyectos que apoya a través de 300 niños y jóvenes artistas Manuel del Campo recibe emocionado el homenaje de la Fundación Musical

REGINA SOTORRÍO

Miércoles, 19 de septiembre 2012, 15:01

Está más que acostumbrado a subirse al escenario. Aunque tiene una memoria prodigiosa para los números, sería incapaz de contar las innumerables veces que ha estado frente al público. «Pero lo de hoy me deja anonadado», declaró Manuel del Campo. Emocionado, el pianista, compositor, musicólogo y crítico de SUR -entre otras cosas- recibió ayer la insignia de honor de la Fundación Musical de Málaga en el Teatro Cervantes. La institución le incorpora así a su lista de distinguidos por su entrega a la música, porque «sin él la vida cultural y artística de esta ciudad habría sido otra», decía el acta de la fundación que preside Manuel Sánchez Benedito. Entre el público, seguía el evento otro de los homenajeados en ediciones anteriores, el barítono Carlos Álvarez.

Del Campo, con «gran satisfacción» y «de todo corazón», agradeció el gesto y el «cariño» que le da la institución. Sobre las tablas, reafirmó su «voluntad, dedicación y entusiasmo» por la profesión. Como confirmó en el vídeo de presentación, siempre ha estado y estará «a las órdenes de la música». Muchos compartían anoche en el Cervantes esa máxima. La III Gala de la Fundación Musical de Málaga reunió a alrededor de 300 niños y jóvenes enamorados de la música, los ritmos, las partituras, las voces y los instrumentos. Fue un perfecto escaparate de los diversos proyectos que auspicia la institución sin ánimo de lucro.

Actuaciones

Hubo de todo y para todos. La noche empezó con el saxofón de Elisa Urrestarazu, IV Premio Fundación Musical de Málaga 2010 al mejor expediente académico, acompañada al piano por Enrique Bazaga. La joven le puso técnica y alma. Y la velada terminó con la enérgica y dinámica actuación de la Escuela de Jazz, dirigida por Antonio Lara que sacó la guitarra eléctrica a escena.

Entre uno y otro, se sucedieron muchas muestras de talento joven. El punto de ternura lo pusieron los niños de las tres escolanías de Málaga (Gibraljaire, San Estanislao de Kostka y Santa María de la Victoria) con una bella interpretación de 'Cucú Cucú'. La originalidad vino de la mano del Orfeón Preuniversitario, que cantó e interpretó con ritmo y coordinación música étnica, como el tema tradicional zulú 'Siyahamba'. Innovadora fue también la propuesta del Proyecto Promúsica, que enseñó sus orquestas por separado para luego fundirlas -con más de 70 músicos, que el año que viene saldrán de gira por Francia e Italia- para interpretar una fantástica versión de 'Viva la vida' de Coldplay.

La Orquesta de Cámara Ensemble Elegance, que tocó piezas de Bartók, demostró que juventud y calidad son compatibles; y con la Banda Santa María de la Victoria se comprobó que no solo de Semana Santa viven estas agrupaciones. Anoche la labor de la Fundación Musical de Málaga se hizo oír alto y claro.

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