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Pansequito, en un momento de su actuación. SUR
Otra noche de aplausos en Torre del Cante
CRÍTICA DE FLAMENCO

Otra noche de aplausos en Torre del Cante

La trigésimo novena edición del festival flamenco de Alhaurín de la Torre, declarado de Interés Turístico Andaluz, se celebró el pasado sábado en el recinto El Portón

GONZALO ROJO

Lunes, 18 de junio 2012, 09:26

La trigésimo novena edición del festival flamenco Torre del Cante, de Alhaurín de la Torre, declarado de Interés Turístico Andaluz, se celebró el pasado sábado en el recinto El Portón, completamente lleno de público que aplaudió con ganas las actuaciones de cuantos artistas participaron. Este festival, uno de los más veteranos de España, está organizado por la Peña Torre del Cante y patrocinado por El Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre y la Diputación de Málaga.

Abrió la noche la cantaora pacense Esther Merino, ganadora del concurso de cante organizado recientemente por la entidad organizadora. Acompañada por las guitarras de Andrés Cansino y Manuel Herrera, la de Badajoz hizo tangos, incluyó Repompa y extremeños, alegrías, siguiriyas y bulerías. Fue muy aplaudida. Le siguió el cantaor malagueño Luis Perdiguero con la guitarra del jerezano Antonio Higuero, flamante Premio Nacional de Guitarra de la Cátedra de Flamencología. El cantaor afincado en Antequera abrió con una tanda de soleares en las que incluyó Alcalá, Roezna, Frijones y Sarneta; siguió con alegrías, tarantos, fandangos y terminó por bulerías, recibiendo una gran ovación.

El cantaor de La Línea, Pansequito, que hacía bastantes años que no acudía a la cita torrealhaurina, estuvo en maestro y fueron muchos los aplausos que recibió a lo largo de su actuación. Con la guitarra de Manuel Valencia comenzó con cantiñas y alegrías, para seguir con bulerías por soleá, tarantos, bulerías y fandangos. Cerró la primera parte la cantaora granadina Marina Heredia, con la guitarra de José Quevedo 'El Bola' y las palmas de Anabel Rivera y Jara Heredia. Marina hizo soleares de Alcalá, Cádiz, Triana y Joaniquín, cantiñas, malagueñas del Mellizo y Maestro Ojana, fandangos abandolaos, tangos y bulerías. El público la despidió con una fuerte ovación.

Abrió la segunda parte la bailaora de Estepona, Luisa Palicio, con el cante de Juan Reina y Moi de Morón y la guitarra de Rafael Rodríguez. Luisa, que es ya una bailaora de primera magnitud, que convierte sus manos en palomas y mueve la bata de cola y el mantón con una facilidad y belleza poco común, inició su actuación con una «estampa caracolera», donde Juan Reina le cantó como él solo sabe hacer. Después bailó Luisa por siguiriyas con una seguridad pasmosa y aquello fue, como dijo la Macarrona en Granada en 1922, «la poteosis». Mejor, imposible.

Le siguió el cantaor jerezano Capullo de Jerez, muy esperado por la concurrencia y muy aplaudido. Con la guitarra de Pedro Jero, las palmas de Jesús y Juan Flores y el cajón de José Rubichi, hizo soleares, fandangos y bulerías. Cerró el espectáculo, ya cerca de las cinco de la madrugada, el extremeño Miguel de Tena, que era esperado por numerosos seguidores. Con la guitarra del cordobés Antonio de Patrocinio hijo, hizo malagueñas y fandangos de Lucena, una muy interesante caña, tangos, canción por bulerías y más de veinte fandangos, su fuerte. El público no lo dejaba marcharse.

En resumen, un festival en el que se cantaron catorce estilos diferentes, se repitieron cinco veces bulerías y tres veces tangos, alegrías, soleares y fandangos. La duración fue excesiva, casi siete horas, buen sonido, amplio escenario bien decorado y un resultado estupendo. Un nuevo éxito de la Torre del Cante.

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