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ANA BARREALES
Viernes, 11 de mayo 2012, 09:24
A nadie le amarga un dulce, así que cuando les han pedido el caramelo ha habido diferentes tonos de respuesta. Porque, en definitiva, de eso es de lo que se trata: estar en órganos de Unicaja es un dulce muy apetecible. El presidente de la Diputación ha reclamado públicamente a Juan Fraile, Salvador Pendón y Antonio Blanco que se vayan (por profesionalizar la caja -dice Bendodo- no porque tenga interés en colocar a los suyos, Dios nos libre). Eso ha provocado varias reacciones: desde Blanco (IU), que presentó su dimisión, a Fraile (PSOE) que se despachó con ese castizo «no dimito porque no me da la gana». Para que luego digan que los políticos mienten o que no hablan claro. La lengua suelta es inversamente proporcional a lo que uno tiene que perder. Si tiene mucho futuro, impera la diplomacia. Si tiene sobre todo pasado triunfa lo de hablar sin pelos en la lengua. Unos lo llaman prudencia, más bien parece instinto de conservación (del puesto, se entiende).
Luego está la respuesta de Pendón (PSOE), «me iré un minuto después que Manuel Atencia». Que es un respuesta meditada y muy madura. Como la de los niños a los que les piden que recojan la habitación y contestan: Cuando la recoja mi hermano. Pasa ahora con el PSOE y ha pasado con el PP, cuyos miembros también se mantuvieron lo que pudieron. En una cosa tiene razón Pendón, Manuel Atencia, como le ocurre a él, no pertenece a una corporación. Claro que hay una diferencia clave entre ambos: Atencia sí tiene la confianza de su partido.
Ahora, cuando a casi nadie le llega la camisa al cuello con la reforma laboral y la posibilidad de ser despedido por una módica cantidad, resulta que en los órganos de Unicaja hay puestos blindados y no por ser especialistas en asuntos financieros, sino por peaje político, por estar ahí en el momento oportuno, por haber cubierto una etapa y por haber servido a un partido. Y cuando la continuidad depende de la voluntad de cada uno oímos declaraciones como esas.
Pues con sus frases se retratan... ellos y quienes lo consienten.
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